ElCapitalista007

sábado, septiembre 29, 2007

Fascismo y comunismo

Para el nazifascismo, lo fundamental es la raza. Los intereses del individuo deben de estar subordinados a los intereses de la raza privilegiada, o del estado nación que la encarna. Los individuos de otras razas o naciones son considerados inferiores. Para el comunismo, lo fundamental es la clase. Los intereses de los individuos deben de estar subordinados a los intereses de la clase (supuestamente) privilegiada, el proletariado, y del estado que la encarna en la “dictadura del proletariado.” Esta dictadura (supuestamente breve) debe destruir a toda una clase social, la burguesía. Para conseguirlo sus integrantes deben de ser privados de todo tipo de derechos. Tanto el fascismo como el comunismo son colectivistas porque ponen los intereses de un grupo determinado por encima de los intereses individuales.

Sólo el liberalismo es individualista porque plantea la primacía de los derechos del individuo, independientemente de raza, sexo o nacionalidad. Es por eso que el respeto a los derechos humanos es parte esencial de las ideas liberales. El respeto a los derechos del individuo es el respeto a su libertad. Y garantizar la libertad de todos conduce necesariamente al imperio de la ley y el estado de derecho.

¿Qué es el neoliberalismo?

El liberalismo es la ideología de la libertad. Para los liberales, la libertad es el valor supremo, entendiendo libertad como la ausencia de coerción. Si nadie me impide hacer algo, soy libre. La libertad, sin embargo, no es la ausencia de leyes, como piensan algunos. En efecto, si yo deseo algo que otros también quieren, ¿cómo impedir que nuestras libertades no entren en conflicto y conduzcan a la violencia? La respuesta está en el estado de derecho, en el imperio de la ley. La ley plantea las reglas del juego. Si todos estamos obligados a cumplirlas, somos libres La ausencia de leyes sólo conduciría al imperio de la fuerza y viviríamos bajo la tiranía de los más fuertes.

En el terreno político, por consiguiente, el liberalismo está a favor del gobierno que más libertades le garantice a cada individuo, y que menos restricciones le imponga a sus actividades. Los liberales desconfían del gobierno y quieren restringir su poder sobre los ciudadanos. En definitiva, la historia de la humanidad ha sido la historia del poder aplastante del gobierno sobre el individuo, empezando con las monarquías asirias y los faraones egipcios hasta las monarquías absolutas que dominaron todo el mundo (con excepción de Inglaterra) hasta la Revolución Francesa. Las ideas esenciales del liberalismo fueron elaboradas por John Locke (1632-1704), Montesquieu (1689-1755), David Hume (1711-1776), Adam Smith (1723-1790) y John Stuart Mill (1806-1873), entre otros.

Debemos recordar que las monarquías absolutas y la existencia de una aristocracia hereditaria eran la norma en toda Europa (con excepción de Inglaterra) hasta el mismo siglo XIX. La única república que existía en el mundo occidental era Estados Unidos, heredero de las tradiciones británicas. América Latina, sin embargo, tenía una herencia muy distinta, la del absolutismo español con sus gobiernos despóticos y su corrupción institucionalizada (ver La tradición estatista de América Latina, Craig Roberts).

Lenta y trabajosamente, sin embargo, las ideas liberales se fueron imponiendo en todo el mundo occidental. La palabra "liberal" se utilizó por primera vez en España, a principios del siglo XIX, para denotar simpatía por una monarquía constitucional, con una constitución parecida a la inglesa. El poder del gobierno sobre los individuos es lo viejo. Lo radicalmente nuevo es el respeto a las libertades individuales (también llamados "derechos humanos"). Es por eso que el socialismo y el comunismo son profundamente reaccionarios y por lo que, desde hace 200 años, la lucha política fundamental se desarrolla entre los liberales y sus enemigos (ver Conflicto de Visiones, Sowell).

En el terreno económico, la libertad es la ausencia de coerción gubernamental para la producción, distribución y consumo de bienes y servicios más allá de lo indispensable para mantener la libertad misma. Durante toda la historia, el gobierno ha impuesto infinitas restricciones y regulaciones sobre la actividad económica de los individuos (ver La herencia del mercantilismo español, Rangel). Lo nuevo es la eliminación de esas restricciones. Pero eso es, justamente, lo que libera las energías creadoras de la gente. Los países más libres económicamente son los más ricos. Los más regulados, como Corea del Norte o Cuba están entre los más pobres (ver Indice de la libertad económica)

A fines del siglo XIX, las ideas del liberalismo dominban en todo el mundo occidental. El liberalismo, sin embargo, se vio prácticamente marginalizado durante la mayor parte del siglo XX. Eso se debió, en gran medida, a la desilusión con el capitalismo provocada por la I Guerra Mundial y luego por la Gran Depresión de los años 30 (ver Una historia económica del siglo XX, Wannisky). Todo el mundo creía que el capitalismo estaba en sus últimos estertores y que la economía planificada (a diferencia del libre juego del mercado) y la propiedad estatal (a diferencia de la propiedad privada) eran el camino a seguir (ver El Camino de la Servidumbre, Hayek ). La Unión Soviética representaba "el futuro luminoso de la humanidad." En Estados Unidos, Franklin Roosevelt, un socialdemócrata, se apoderó del nombre de "liberalismo" (Estados Unidos es el único país del mundo donde los socialistas se llaman "liberales.").

Aunque estas políticas socialistas aceleraron la adopción de medidas de protección social que el capitalismo hubiera adoptado de todas formas, su proliferacion eventualmente condujo a un grave estancamiento económico en Estados Unidos, Inglaterra y demás países occidentales Fueron los gobiernos de Margaret Thatcher, en Gran Bretaña, y Ronald Reagan en Estados Unidoslos que dieron un brusco viraje, recuperaron las viejas ideas liberales y las aplicaron con un éxito espectacular.Desde principio de los años 80, el liberalismo volvió a considerarse como la única forma adecuada de gobernar. Era el nuevo liberalismo, el neoliberalismo. El modelo socialista se ha ido abandonando lentamente en todas partes, trasladando ahora el centro de su lucha al terreno cultural (ver La Guerra Cultural en Estados Unidos, Rivero). El principal teórico liberal del siglo XX ha sido F.A.Hayek. Ludwig von Mises también ha jugado un papel de excepcional importancia. (ver Introducción al liberalismo, Mises)


THINK BIG: Definiendo la justicia social

El año pasado fue el centenario del nacimiento de Friederich Hayek, entre cuyas muchas contribuciones al siglo XX estuvo una enérgica y sostenida crítica a la mayoría de los usos del término "justicia social". Nunca he encontrado un escritor, religioso o filosófico, que respondiera directamente a las críticas de Hayek. Para tratar de comprender la justicia social en nuestro tiempo, no hay mejor lugar para empezar que con el hombre que, en su propia vida intelectual, fue ejemplo de esa virtud cuyo mal uso tanto deploró.El problema con la "justicia social'' empieza con el significado mismo del término.

Hayek señala que se han escrito libros y tratados completos sobre la justicia social sin haberla definido nunca. Se permite que el concepto flote en el aire como si todo mundo fuera a reconocerlo cuando aparezca un ejemplo. Esa vaguedad parece indispensable. En el mismo momento en que uno empieza a definir la justicia social, choca con embarazosas dificultades intelectuales. En la mayoría de los casos, se vuelve un término práctico cuyo significado operativo es, "Necesitamos una ley en contra de esto''. En otras palabras, se convierte en un instrumento de intimidación ideológica con el objetivo de conseguir el poder de la coerción legal.

Hayek señala otro defecto de las teorías de la justicia social del siglo XX. La mayoría de los autores afirman que lo utilizan para designar una virtud (una virtud moral, según ellos). Pero la mayoría de las definiciones que le adjudican pertenecen a un estado de cosas impersonal - "alto desempleo" "desigualdad de ingresos" o "carencia de un salario decente" se citan como ejemplos de "injusticia social". Hayek va derecho al centro del problema: la justicia social es o una virtud o no lo es. Si lo es, sólo puede adscribirse a los actos deliberados de personas individuales. La mayoría de los que usan el término, sin embargo, no lo adscriben a individuos sino a sistemas sociales. Utilizan "justicia social" para designar un principio regulador de orden. No están centrados en la virtud sino en el poder.

El término "justicia social" fue utilizado por primera vez en 1840 por el cura siciliano Luigi Taparelli d'Azeglio, y recibió prominencia en La Constitutione Civile Secondo la Giustizia Sociale, un folleto de Antonio Rosmini-Serbati publicado en 1848. 13 años después, John Stuart Mill en su famoso libro Utilitarismo le brindó un prestigio casi canónico para los pensadores modernos:

"La sociedad debería de tratar igualmente bien a los que se lo merecen, es decir, a los que se merecen absolutamente ser tratados igualmente. Este es el más elevado estándar abstracto de justicia social y distributiva; hacia el que todas las instituciones, y los esfuerzos de todos los ciudadanos virtuosos, deberían ser llevadas a convergir en el mayor grado posible''.

Mill imagina que las sociedades pueden ser virtuosas de la misma forma en que pueden serlo los individuos. Quizás, en las sociedades altamente personalizadas de tipo antiguo, semejante uso pudiera tener sentido - bajo reyes, tiranos o jefes tribales, por ejemplo, cuando una persona toma todas las decisiones sociales cruciales. Curiosamente, sin embargo, la demanda por el término de "justicia social" no surgió hasta los tiempos modernos, en que sociedad más complejas están regidas por leyes impersonales aplicadas con la misma fuerza a todos por igual por "el imperio de la ley".

El nacimiento del concepto de justicia social coincidió con otros desplazamientos en la consciencia humana: la "muerte de Dios" y el ascenso de la idea de la economía dirigida. Cuando Dios "murió", la gente comenzó a confiar en la arrogancia de la razón y en su inflada ambición de hacer lo que el mismo Dios no había hecho: construir un orden social justo. La divinización de la razón encontró su extensión en la economía dirigida; la razón (es decir, la ciencia) dirigiría y la humanidad seguiría colectivamente. La muerte de Dios, el ascenso de la ciencia y de la economía dirigida nos trajeron " el socialismo científico". Donde la razón fuera a dirigir, dirigirían los intelectuales. (O eso pensaron algunos. En realidad, dirigirían los ávidos de poder.)

De este tipo de razonamiento, se desprende que la "justicia social" tendría su fin natural en una economía dirigida en la que se le diría a los individuos qué hacer para que siempre pudieran identificar a los que mandan y hacerlos responsables. Este concepto presupone que la gente está guiada por específicas directivas externas sobre lo que es justo en vez de por reglas de conducta interiorizadas. Implica, además, que ningún individuo debe ser considerado responsable de su posición. Afirmar que es responsable sería "echarle la culpa a la víctima". La función de la justicia social es echarle la culpa a otro, echarle la culpa "al sistema", echarle la culpa a los que (míticamente)a "lo controlan". Como ha escrito Leskek Kolakowski en su magistral historia del comunismo, el paradigma fundamental de la ideología comunista tiene garantizada un enorme atractivo: usted sufre, su sufrimiento es causado por personas poderosas; hay que destruir a esos opresores.

No estamos equivocados, acepta Hayek, al percibir que los efectos de las opciones individuales y los procesos abiertos de una sociedad libre no están distribuidos según un principio reconocible de justicia. Algunas veces, los que tienen mérito son trágicamente infortunados; la maldad prospera, las buenas ideas languidecen y, en ocasiones, los que las respaldan, lo pierden todo. Pero un sistema que valora tanto el ensayo y el error como la libertad de elegir no está en posición de garantizar resultados específicos. Por otra parte, ningún individuo (y ciertamente que ningún Buró Político ni ningún comité ni partido) puede elaborar reglas que tratarían a cada persona de acuerdo con sus méritos e, inclusive, de sus necesidades. Nadie tiene suficiente conocimiento de todos los detalles relevantes, y como ha señalado Kant, ninguna regla general puede ser lo suficientemente fina como para captarlos.

Hayek hizo una tajante distinción, sin embargo, ente los fallos de la justicia que implican la violación de normas generalmente aceptadas de equidad y las que consisten en resultados que nadie ha designado, previsto ni ordenado. El primer tipo de fallo recibe su severa condena moral. Nadie debe de romper las reglas establecidas; la libertad impone graves responsabilidades morales. El segundo tipo de fallo, sin embargo, puesto que no se deriva de ningún acto voluntario ni deliberado de nadie, no le parecía un problema moral sino una característica inevitable de todas las sociedades y, en realidad, de la naturaleza misma. Calificar de "injusticias sociales" los resultados infortunados conduce a un ataque a la sociedad libre con el objetivo de empujarla hacia una sociedad dirigida. Es por eso que Hayek se opone enérgicamente al uso del término "justicia social." El lamentable historial de economías dirigidas como el nazismo y el comunismo justifican su profunda repugnancia ante ese modo de pensar.

Hayek reconoció que a fines del siglo XIX, cuando el término "justicia social" ganó prominencia, se usó inicialmente como un llamamiento a las clases dirigentes para que prestaran atención a las necesidades de las nuevas masas de desarraigados campesinos que se habían convertido en obreros urbanos. A eso, él no tenía ninguna objeción. A lo que sí objetaba era al pensamiento chapucero. Los pensadores descuidados olvidan que la justicia, por definición, es social. Semejante descuido se vuelve positivamente destructivo cuando el término de "social" ya no describe el producto de las virtuosas acciones de muchos individuos sino más bien el objetivo utópico hacia el que todas las instituciones y todos los individuos "deberían ser llevadas a convergir en la mayor medida posible'' mediante la coerción. En ese caso, el "social" de la "justicia social" se refiere a algo que no emerge orgánica y espontáneamente del comportamiento respetuoso de la ley de individuos libres sino más bien de un ideal abstracto impuesto desde arriba.

Dada la fuerza del argumento de Hayek contra el término, pudiera resultar extraño que él mismo fuera un practicante de la justicia social- aún si uno añade, como tiene que hacerlo, "de la justicia social bien entendida". Con todo, es obvio que Hayek vio en su vocación como pensador una vida de servicio a su prójimo.




Swaps: el derivado estrella de las finanzas

Muchos han sido los contratos derivados exitosos que se han inventado en los últimos 40 años. De todos ellos, sin lugar a dudas, los swaps se destacan por lejos y constituyen el contrato derivado más negociado de todos los tiempos. En este artículo se analizarán los sorprendentes orígenes de este contrato y sus usos más comunes, la cobertura de tasas de interés y de tipo de cambio.El nacimiento de este contrato se remonta a la década de los ’70, cuando una serie de cambios políticos y económicos internacionales confluyeron para interrumpir la tranquilidad económica aparente de las dos décadas anteriores. Entre estos hechos se destacan la caída del acuerdo de Bretton Woods, la cual comenzó en 1971 y terminó de materializarse en 1973. A partir de entonces, los países desarrollados han tenido esquemas de tipo de cambio flexibles entre ellos. Otro hecho de suma importancia fue la crisis del petróleo en Medio Oriente que comenzó en 1973 y se manifestó económicamente en Occidente a través de una incipiente inflación por el lado de los costos en los años siguientes.

Estos dos factores, entre otros, produjeron una gran inestabilidad de las tasas de interés que tomó por sorpresa al sistema financiero internacional, el cual adquirió conciencia de la importancia de contar con herramientas de cobertura que permitieran aislar sus negocios de los fuertes vaivenes tanto de las tasas interés como de los tipos de cambio. De este modo, surgieron con una fuerza inusitada los mercados de forwards y futuros sobre estos productos financieros y, en menor medida y más lentamente, las opciones. Junto a estos eventos se produjeron otros que favorecieron el surgimiento de los swaps: la creciente inversión internacional y la intervención estatal en Gran Bretaña, un país con un sector financiero muy desarrollado.
A mediados de los ’70, el gobierno de Gran Bretaña decidió intervenir en el mercado cambiario estableciendo impuestos a las operaciones de cambio que involucraban la libra, a los efectos de encarecer la salida de capitales y con la idea de que tal medida fomentara la inversión doméstica al hacer menos atractivas las colocaciones en el extranjero. Para ejemplificar los problemas acarreados por esta regulación, pensemos en dos situaciones hipotéticas:
1. Si British Petroleum desease invertir en Estados Unidos vería gravado su cambio de libras a dólares en las compras necesarias para llevar adelante su inversión en el país americano.
2. Si IBM quisiera instalar una fábrica de procesadores en Gran Bretaña podría hacerlo sin inconvenientes, pero sus remesas de utilidades a Estados Unidos resultarían gravadas ya que necesitaría cambiar libras a dólares.
Estas situaciones se pueden observar en la Figura 1, en la cual se muestran con cruces las operaciones que resultarían gravadas por el nuevo impuesto.

Figura 1
Operaciones gravadas con el impuesto establecido por Gran Bretaña.


A partir de esta medida, la ingeniería financiera se puso en funcionamiento para intentar eludir este impuesto sin que se vieran afectados sus negocios, quedando allanado el camino para la aparición de los swaps pocos años más adelante.
El primer contrato creado en este sentido fue el Préstamo Paralelo (Parallel Loan). Para llevarlo adelante, las empresas constituían filiales en el otro país y se prestaban el dinero, transformando la operación de cambio en una de préstamo que, en consecuencia, no resultaba gravada. Continuemos con el ejemplo anterior, en el cual British Petroleum (BP) deseaba invertir en Estados Unidos (US) e IBM planeaba construir una fábrica en Gran Bretaña (UK). El primer paso sería que BP abriera una filial en US y que IBM estableciera otra en UK. Luego, IBMUS le haría un préstamo en dólares a BPUS mientras que BPUK haría lo propio con IBMUK. El capital e intereses del préstamo entre IBMUS y BPUS son pagados en dólares, mientras que el capital e intereses del préstamo entre IBMUK y BPUK son pagados en libras. Esta situación se ve reflejada en la Figura 2.

Figura 2
Préstamo Paralelo entre IBM y British Petroleum.

Si bien este mecanismo de préstamos paralelos posibilitaba lograr la elusión del impuesto, traía aparejados algunos inconvenientes importantes, a saber:
1. Se trata de préstamos independientes sujetos a legislaciones diferentes. Aunque una parte no cumpliera con la devolución del préstamo, la otra deberá continuar pagando de todos modos en el otro país. Por ejemplo: si BPUS quiebra en US y deja de pagarle a IBMUS, IBMUK debe continuar devolviendo todo el préstamo a BPUK ya que si deja de hacerlo (escudada en que BPUS no paga), BPUK puede pedir su quiebra en UK.
2. Son préstamos incluidos en el balance (on balance sheet):
a) Para el prestamista: ↓ Caja, ↑ Deudores por Préstamos è = Activo, = Pasivo, = Patrimonio Neto
b) Para el deudor: ↑ Caja, ↑ Acreedores por Préstamos è ↑ Activo, ↑ Pasivo, = Patrimonio Neto
Estos cambios patrimoniales empeoraban los ratios de endeudamiento (crecimiento de la relación Pasivo/Patrimonio Neto, crecimiento de la relación Pasivo/Activo) consolidados de ambas empresas, con la consecuente reducción en la calificación crediticia.
Los problemas anteriores dieron lugar a una nueva generación de préstamos, llamados Préstamos Back to Back (Back to Back Loans). La principal modificación es la de transformar los préstamos paralelos internos en préstamos recíprocos internacionales, en las respectivas monedas. Al continuar siendo préstamos (no cambios de moneda), siguen sin ser gravados. Además, al ser préstamos simultáneos y recíprocos y sujetos a legislación internacional se redujeron las graves consecuencias del incumplimiento de una de las partes. Esta nueva modalidad de préstamos se ve reflejada en la Figura 3.

Figura 3
Préstamo Back to Back entre IBM y British Petroleum.


No obstante, estos préstamos mantenían la condición de préstamos incluidos en el balance (on balance sheet), por lo que el indeseable efecto del empeoramiento de los ratios de endeudamiento permanecía.
A principios de la década de los ’80 el gobierno de Gran Bretaña abandonó el control de cambios, quedando así solucionado el problema de la aparición de los préstamos back to back en los balances. Los nuevos préstamos se hicieron bajo la forma de operaciones de cambio al contado (ahora no gravadas) con acuerdo de deshacer la operación en una fecha futura. En otras palabras, swaps de divisas. El primer swap de divisas se hizo entre el World Bank e IBM en 1980, entidades que intercambiaron Francos Suizos por Marcos Alemanes. En la Figura 4 se muestra la estructura de un contrato de swap de divisas.

Figura 4
Contrato de swap de divisas entre IBM y British Petroleum.


La tendencia creciente de la inversión internacional también influyó decididamente en la popularización de estos contratos derivados. Los bancos internacionales se fueron dando cuenta de la existencia de ineficiencias en la evaluación crediticia de las empresas que deseaban obtener préstamos para financiar actividades en países distintos de los de origen. Estas ineficiencias no son más que otra aplicación del venerable principio de las ventajas comparativas . Las empresas que deseaban expandir sus actividades instalando fábricas en otros países recibían en los países extranjeros calificaciones crediticias diferentes (peores) de las que recibían en sus propios países, donde eran más conocidas. En otras palabras, si una compañía como 3M pedía un crédito en los Estados Unidos (donde era muy conocida) para instalar allí una fábrica, le cobraban un interés menor que si lo solicitaba en Alemania para instalar una planta industrial en ese país europeo.
Los hechos descriptos anteriormente, en conjunto, dieron como resultado la aparición de los primeros Swap Brokers, bancos internacionales que seleccionaban empresas en expansión en el mercado mundial con necesidades de financiación contrapuestas que pudiesen aprovechar sus respectivas ventajas comparativas. La mejor manera de comprender la forma de operar de estos intermediarios financieros es a través de un ejemplo. Supongamos que la empresa 3M (US) desea obtener un préstamo por € 10m a tres años con pagos anuales de intereses a tasa fija para construir una fábrica en Europa. Por otra parte, Nokia (Finlandia) desea endeudarse por US$ 12,2m a tres años pagando intereses anuales a tasa flotante LIBOR a los efectos de instalar una nueva fábrica en los Estados Unidos. Suponemos un tipo de cambio de 1,22 US$/€. Ambas compañías sondean en sus propios mercados de deuda y en los del país de destino y obtienen las cotizaciones del Cuadro 1.

Cuadro 1
Cotizaciones obtenidas por 3M y Nokia en los mercados de deuda en euros y en dólares.


Se puede apreciar que 3M, al tener calificación “AAA” frente a la calificación “A” de Nokia, obtiene mejor calificación crediticia (menor interés) en ambos mercados. No obstante, en dicho cuadro hay un flagrante incumplimiento del principio de no arbitraje, a saber: en el mercado de deuda en euros (por ejemplo: bancos europeos) se considera que la diferencia de calidad crediticia entre ambas empresas es de 1% mientras que en el mercado de deuda en dólares (por ejemplo: bancos estadounidenses) la diferencia de valuación crediticia entre las dos empresas es de 2%. La ineficiencia se debe al hecho de que la calidad crediticia de un emisor de deuda es única e independiente de la moneda en que se emita la deuda, por lo que en ambos mercados la diferencia debería ser la misma.
Por este motivo, es posible armar un swap de divisas entre ambas firmas para aprovechar ese 1% de mala valuación. En este caso, 3M tiene ventajas comparativas en el mercado de deuda en dólares (obviamente, el mercado donde es más conocida), en tanto que Nokia se beneficia comparativamente en el mercado de deuda en euros (es más acreditada en Europa). El desarrollo de un swap de divisas se produce en tres etapas:
1. En la primera etapa, el swap broker detecta las necesidades contrapuestas de financiación y coordina la forma de endeudamiento de ambas empresas. En este caso, propone a 3M endeudarse a tasa variable (LIBOR) en dólares (la moneda que no prefiere, pero donde tiene ventaja comparativa) y a Nokia a tasa fija en euros (del mismo modo, la moneda que no desea pero en la que cuenta con ventaja comparativa). Una vez obtenidos los préstamos, las firmas intercambian los nominales de la manera en que se observa en la Figura 6.

Figura 6
Intercambio inicial de nominales entre 3M y Nokia.


Es de fundamental importancia destacar que el broker se mantiene al margen del contrato (de ahí su condición de broker), es decir, acerca a las partes y cobra un “fee” por sus servicios, pero no asume responsabilidades por el cumplimiento del contrato de swap. La retribución del broker es una función del tamaño de la ventaja comparativa detectada. Supongamos que el 1% de ventaja del ejemplo se reparte del siguiente modo: 0,4% para el broker y el resto en partes iguales entre Nokia y 3M (0,3% para cada uno).
2. En la segunda etapa se producen los pagos periódicos de intereses entre las partes. Los flujos de fondos intermedios se muestran en la Figura 7.

Figura 7
Flujos de fondos intermedios entre 3M y Nokia.

Analicemos estos pagos. 3M paga intereses a tasa LIBOR en dólares al banco de US, pero recibe intereses a tasa LIBOR en dólares de Nokia, por lo que este pago está “calzado”. Asimismo, paga la tasa fija de interés de 4,3% en euros a Nokia. También afronta la retribución de 0,4% en euros al intermediario financiero (este flujo no aparece en la figura). En total termina pagando una tasa fija de interés 4,7% en euros, un 0,3% menos que si se hubiera endeudado directamente en euros al 5%.
Por el otro lado, Nokia paga intereses en euros a la tasa fija de 6% al banco europeo, pero recibe intereses en euros a la tasa fija de 4,3% de 3M. Asimismo, abona la tasa flotante LIBOR en dólares a 3M. En conclusión, Nokia termina pagando la tasa flotante LIBOR en dólares más 1,7% fijo en euros, esto es un 0,3% menos que si se hubiera endeudado directamente en dólares a LIBOR más 2%.
A partir de esto se deduce que el contrato de swap permite a las empresas aprovechar sus ventajas comparativas y reducir el costo de sus endeudamientos.
3. En la tercera y última etapa se produce la devolución de nominales entre ambas empresas y de éstas a los bancos prestamistas, dándose por finalizado el swap. Esto se refleja en la Figura 8.
Figura 8
Devolución final de nominales por parte de las firmas.


Como es de esperarse, la ventaja comparativa de 1% del ejemplo es exagerada; pero aún si fuese de 0,5% (algo común en los inicios de esta industria), los ahorros de intereses en cantidad de dólares son muy grandes si se consideran préstamos de cientos de millones de dólares.
Por el motivo recién mencionado, el mercado de swaps fue creciendo vertiginosamente a medida que nuevos participantes ingresaban mismo para beneficiarse de tales ventajas comparativas. No obstante, durante la década de los ‘80 la mayor eficiencia lograda en el mercado de préstamos internacionales hizo disminuir drásticamente las ventajas comparativas, por lo que la mayoría de los swap brokers se vieron forzados a reformular sus negocios para continuar en actividad.
De esta forma, a principios de los ’90 aparecen los llamados Swap Dealers, quienes ya no buscan beneficiarse con las ventajas comparativas (cada vez menores) sino proporcionar instrumentos de administración de riesgos a las compañías y cobrar por sus servicios de cobertura. En este sentido, el swap dealer negocia un swap con una empresa en particular para proveerle cobertura frente a algún tipo de riesgo, generalmente tasa de interés o tipo de cambio. Por ejemplo: si una empresa está endeudada a tasa flotante y desea pasar a tasa fija, negocia un swap de tasa de interés con un swap dealer a cambio del pago de una retribución.
El swap dealer ya no busca dos partes con necesidades de financiación contrapuestas para que celebren un contrato entre ellas. Por el contrario, el dealer negocia un swap por separado con cada empresa, encargándose luego de cubrir su propio riesgo remanente, usualmente en los mercados de futuros . De esta forma, el dealer es parte del contrato (a diferencia del broker), asumiendo el riesgo de incumplimiento de la contraparte. Otra diferencia importante es que el dealer, como market maker, obtiene su retribución del “bid-ask spread” que ofrece a sus clientes. Para poder ofrecer spreads eficientes a sus usuarios, el swap dealer necesita una gran capacidad de análisis financiero, siendo el mercado de swaps uno de los mercados financieros más sofisticados de la actualidad. El Cuadro 2 resume las principales diferencias entre los brokers y los dealers.

Cuadro 2
Principales diferencias entre los swap brokers y los swap dealers.
Swap Broker Swap Dealer
No toma posiciones: no asume riesgo de precio Toma posiciones: asume riesgo de precio
Acerca oferta y demanda: no asume riesgo de default Actúa como contraparte en cada contrato (market maker): asume riesgo de default
Cobra fee Gana con el Bid-Ask spread
No tiene un swap book Administra un swap book
Si bien los primeros swaps fueron de divisas, el gran impulso a este mercado fue dado por los swaps de tasas de interés, los cuales constituyen la mayor parte del mismo. En el Gráfico 1 se puede apreciar la participación de cada tipo de swap en este mercado.

Gráfico 1
Evolución de los distintos tipos de swaps por valor nominal.

Fuente: Bank for Internacional Settlements (BIS).

Tras poco más de dos décadas de evolución, el contrato de swaps se ha convertido en el éxito financiero más grande de todos los tiempos, siendo justamente considerado el derivado estrella de las finanzas. La trillonaria industria de los swaps continúa creciendo vertiginosamente sin un techo a la vista.
Los creadores de este mercado también fueron evolucionando a medida que el mercado maduraba. Durante la década de los ochenta, los participantes fueron swap brokers que buscaban detectar ineficiencias en la calificación de los emisores de deuda, llamadas ventajas comparativas. En la década de los noventa, los brokers se convirtieron en dealers que proporcionan los swaps como herramientas de administración de riesgos a sus clientes.

DESDE ARGENTINA: La importancia del descubrimiento del precio en los mercados granarios

Por Alejandro Weskamp.- El cultivo de la soja se ha ido transformando a lo largo de los últimos 20 años en:
- el principal producto de exportación argentino tanto en su estado natural o procesado.
- el cultivo de mayor producción del país.
- el principal producto del campo argentino y sustento de los recursos del Estado.
Por lo expuesto, consideramos necesario centralizar, a partir de la soja, el análisis de un tema que alcanza a todos los productos agrícolas del país: los Mercados.
1. Los mercados como un valor determinante para las comunidades agrícolas
Si bien los precios surgen por la oferta y demanda mundial donde juegan muchas naciones, los mismos se reflejan en mercados ubicados en países específicos.
Es bien sabido que quienes negocian soja y otros commodities agrícolas, lo hacen tomando como referencia los valores del Chicago Board of Trade (Bolsa de Chicago) u operando directamente en este mercado. Los precios se descubren dentro del mismo a través de la cautivante puja que desarrollan la enorme cantidad de participantes del globo a través de sus agentes.
Por ello podemos afirmar categóricamente que los Mercados son un “valor” para toda la comunidad mundial.

2. Génesis de los mercados en Argentina
En Argentina, dicho valor fue también alcanzado a fines de siglo XIX y principios del XX, en contemporaneidad con la plaza norteamericana.
Al igual que en el país del Norte, aquí se construyó una plaza bursátil sustentada sobre principios éticos, creándose el marco jurídico y legal que sirviera de base para el desarrollo. Los hombres de aquella época supieron aprovechar las circunstancias favorables de un país que se había convertido no sólo en el granero del mundo, sino en una plaza bursátil alternativa. Tal es así que el Mercado de Chicago abría mirando nuestras pizarras para conocer la tendencia de los precios del día.
Buena parte de ese valor fue dilapidado por generaciones posteriores que empujaron al país hacia el tirabuzón de la decadencia económica, moral e institucional.
Una pregunta interesante para formular es ¿cuál sería en esta materia el posicionamiento de una Argentina que hubiera sabido sostener o compartir el cetro de ser una de las principales plazas agrícolas y a la vez referente adicional de un mercado internacional en materia de precios? Y saliéndose de una visión sesgada, ¿cuál sería la situación económica, social y cultural de cada uno de sus habitantes?
La respuesta sería, sin entrar en disquisiciones ideológicas: sin lugar a dudas, mucho mejor.
No obstante, este valor que la Argentina supo ostentar décadas atrás a través de un liderazgo regional no está totalmente perdido. Acerca del éxito de unos y los fracasos de otros, la historia y la evolución de las distintas plazas y mercados bursátiles del mundo nos han enseñado que no hay verdades absolutas.
No sólo se ha escrito acerca de la globalización, el derribamiento de fronteras, la papelización del comercio y de los negocios electrónicos, sino que la realidad habla por sí sola.
El desarrollo muchas veces vino de la mano de los Mercados, y otras veces fueron los Mercados los que surgieron de la mano del desarrollo.

3. Los mercados en Argentina y la importancia del agente bursátil
Mucho se ha dicho sobre que el ámbito del cual surge el precio de referencia de la producción de la pampa húmeda argentina son las Bolsas. Pero, ¿qué significado tiene ello? ¿Alcanzan todos los actores de la comunidad agrícola a comprender la real dimensión que esa existencia entraña? ¿Conocen los verdaderos alcances que estas instituciones tienen? ¿Saben cómo funcionan? ¿Conocen sus ideales? ¿Saben a quiénes representan? ¿Saben qué diferencia existe entre Mercado y Bolsa?
Son los agentes bursátiles granarios quienes están especializados en palpar las necesidades de las partes y acercarlas en término de precios para que las operaciones de compraventa se concierten.
En virtud de su equidistancia y objetividad frente a las partes, los agentes bursátiles han sido claves en la creación y desarrollo de los Mercados, estando hoy día aún vigentes pese a la evolución de las distintas modalidades que el comercio va adoptando en el mundo acorde a la realidad y necesidad que cada región le imprime.
Los mercados concentradores son, en la Argentina, la expresión máxima de la transparencia a la que necesariamente se somete el proceso de descubrimiento de precios.
Los agentes bursátiles granarios, por su parte, son la esencia del funcionamiento de esos mercados, vitales para su propia existencia y cruciales para que esa transparencia pueda sobrevivir.
4. La importancia de contar con mercados propios. La Argentina diferenciada
Las condiciones diferenciales por las cuales nuestro país goza de un privilegio que le hace más fácil sostener sus mercados de concentración agrícolas se basan en la existencia de una comunidad de negocios altamente especializada, que interactúa dentro del conjunto de la cadena agrícola y agroindustrial.
Esta cadena está integrada por el productor, reconocido como el más eficiente del mundo, por las empresas de servicios de almacenamiento y de comercialización, por los agentes bursátiles y, por último, por el sector industrial y exportador que, siendo el que despacha al exterior el 95% de todo el poroto o su equivalente en subproductos producidos en el país, está también considerado como el más eficiente internacionalmente.
Toda esta cadena de valor, como en ningún otro lugar del planeta, desde la producción, las instalaciones de almacenaje y las oficinas que ejecutan los procesos de comercialización, están concentradas en un radio de 500/600 kilómetros del epicentro natural que es la ciudad de Rosario. El complejo industrial y las instalaciones de embarques están distribuidas a 80 kilómetros al norte y a 80 kilómetros al sur de la misma.
Basta comparar nuestra realidad con la de otros países donde la gran dispersión existente entre las zonas productivas y la diseminada ubicación de las terminales de compras, no hace posible tener un único precio referencia para toda la región.
Los actores del mercado granario descubren día a día los precios en los recintos de las Bolsas, a partir de las referencias que emanan del Mercado de Chicago y de otros ámbitos similares en el mundo. Pero no todo es igual, ya que por una variedad de razones muchas veces esos mercados no se correlacionan.
Entonces, si bien Chicago brinda una referencia sobre la tendencia de los precios internacionales, los factores que inciden sobre la realidad Argentina hacen que muchas veces los valores se divorcien del mercado exterior. Y son precisamente las Bolsas el ámbito adecuado para que se negocien los diferenciales de precios con el mercado internacional.
Justamente, las Bolsas tienen como función primordial facilitar la circulación de los bienes, ofrecer el ámbito adecuado para una formación objetiva de los precios, promover e impulsar el desarrollo de los mercados de productos, de capitales y de otros activos. En otras palabras, dar el espacio y las condiciones propicias para que, con el encuentro entre oferentes y demandantes, se concreten los negocios.
Pero, además, algo muy relevante y que para algunos pasa desapercibido: las Bolsas tienen por objetivo brindar transparencia, seguridad y legalidad a las operaciones que se concretan entre partes, y difundir públicamente los precios y condiciones de los negocios transados.
Estas instituciones son, en general, asociaciones civiles; y sus asociados son personas físicas o jurídicas pertenecientes a los distintos sectores de la cadena de comercialización.
Dentro de las Bolsas funcionan los Mercados, que están regulados por disposiciones y reglamentos que ellos mismos y las propias Bolsa dictan. En dichos reglamentos están plasmados las condiciones y requisitos que los operadores deben reunir, sus obligaciones y responsabilidades, los códigos de ética y el régimen de sanciones a que están sometidos, entre otras disposiciones de contralor y regulación.
Estos mecanismos cotidianos de trabajo y creación de riqueza se tornan cada día más importantes para nuestro país, por cuanto el liderazgo en la producción y exportación mundial de soja y subproductos ha pasado del Hemisferio Norte al Hemisferio Sur. Hace 20 años Estados Unidos era el principal productor de soja y el total de la producción de los países hoy integrantes del MERCOSUR no resultaba preponderante. Actualmente, Sudamérica produce más soja que EE.UU., por lo que los factores fundamentales de nuestra región vuelven a ser de interés para los mercados internacionales.
Estos cambios ameritan y exigen que la formación de los precios de la soja sudamericana sea realizada con la mayor eficiencia o al menos como alternativa válida para nuestro subcontinente, máxime cuando los precios que se descubren en la Bolsa de Chicago guardan cada vez menos correlación con los precios regionales.
Por ello es que decimos que Argentina al tener Mercados genera un valor. Perderlo podría resultar muy costoso para el país.
5. Breve descripción de los mercados agrícolas en Argentina
Las siguientes son las modalidades existentes en el actual sistema argentino:
1) Mercado físico disponible: es un mercado al que desde años recurren los actores con el claro objetivo de cumplir con entrega física los contratos de compraventa concertados. Esta modalidad de negociación, de acreditada eficiencia económica, se concreta mediante acuerdos bilaterales bajo distintas normas de estandarización aceptadas por todos.
La historia argentina, sometida a varias severas y sucesivas crisis, provocadas por factores climáticos locales o externos o por cambios de reglas de juego derivados de decisiones de las autoridades gobernantes, más de una vez puso a prueba el sistema descripto. El tiempo ha demostrado que la autorregulación y el sistema han funcionado con un alto nivel de cumplimiento de los contratos, pese a no contar con un régimen formal de garantías.
No existe en el mundo un antecedente similar al de este mercado.
2) Mercado de futuros y opciones: se trata de un mercado en el que la formalidad de declarar las operaciones es obligatoria, los contratos son totalmente estandarizados, la flexibilidad bilateral de acordar cambios entre partes es limitada, y la posibilidad de recomprar lo vendido o revender lo comprado está siempre abierta.
La existencia de un Mercado de Disponible y un Mercado de Futuros, sumada a la posibilidad de desarrollar un contrato de futuros internacional para la región, representa una oportunidad clara para ampliar al ámbito latinoamericano la operatoria de nuestras Bolsas y Mercados, dando a otros países del continente y del mundo la posibilidad de aprovechar este funcionamiento. Es el desafío que la hora reclama para la creación de nuevas oportunidades para el país, sus instituciones y sus actores.
6. Los beneficios globales de contar con mercados institucionalizados
En un escenario imaginario extremo de inexistencia de Bolsas y Mercados, la pérdida de transparencia en cuanto a volúmenes y precios sería un costo difícil de evaluar, pero seguramente mucho más alto del que implica sostener la actual institucionalidad.
Para medir el costo que una sociedad asume por no tener mercados institucionalizados, basta con observar las vicisitudes por las que transitan agricultores de un sinnúmero de productos que no cuentan con mercados transparentes (algodón, papa, poroto, verduras, frutas, etc.). En muchos casos, los productores llegan con sus mercancías a los mercados de distribución sin conocer el precio que van a percibir por las mismas ni cuándo van a cobrar. Existen cuantiosas experiencias en las que los productores han preferido destruir la mercadería antes que venderla a valores irrisorios.
Si no tuviéramos mercados propios probablemente los costos se encarecerían ante riesgos imposibles de cubrir, y la dependencia del mercado internacional sería cada vez mayor, en circunstancias en que –como antes señalamos– la posibilidad de adecuada cobertura resulta cada vez más imperfecta.
Por ello es que los tenedores de mercadería debieran tomar verdadera conciencia de la significación que tiene canalizar sus ofertas en los recintos bursátiles. Es probable que quienes no lo hacen, crean que están obteniendo una ventaja que será eterna.
Deben darse cuenta que se trata de una ventaja aparente y de corto plazo. La misma empaña y no deja ver los riesgos que se asumen.
Con actitudes individuales de no llevar los granos a los mercados, cada uno está aportando un ladrillo para construir una hipoteca que será imposible de levantar. “La destrucción de los mercados es para la producción la principal amenaza a su rentabilidad”.
7. El canibalismo comercial. Los problemas del “free rider”
Paradójicamente, cada vez es menor el volumen de mercadería que al llegar a las Bolsas y Mercados interviene en el proceso de descubrimiento del precio, mientras que con ese precio se producen y valorizan cada vez mayores volúmenes registrados.
¿Con qué indicadores se cuenta para un diagnóstico de esta índole?
En la actualidad se nota una creciente tendencia a la comercialización de granos sin la utilización de los mercados institucionalizados, es decir del mercado concentrador que opera en las Bolsas, pero sí en cambio valiéndose de los precios que en ellas se descubren.
A ello hay que sumarle los importantes volúmenes que se entregan en instalaciones de las terminales de exportación con precios “a fijar”. La mercadería vendida en esas condiciones tampoco entra en el proceso de descubrimiento de precios, ya que las terminales tienen cautivos esos volúmenes, para los cuales sólo resta determinar el precio de venta, a cuyo efecto se toman como referencia los valores “de mercado” del día de fijación. Esta importante modalidad comercial es valorada por toda la cadena comercial, ya que contribuye a dar respuesta al déficit de almacenamiento que se produce principalmente en las épocas pico de cosecha.
Actualmente es difícil estimar el porcentaje de la producción total que no participa del proceso de formación de precios, porque no existe la obligatoriedad del registro de las operaciones de compraventa.
De todas formas, los datos comerciales permiten inferir que más del 50% de la producción total de granos no participa de esta necesaria puja. Y la tendencia muestra que cada vez es menor el volumen de granos que participa de este vital proceso de descubrimiento de los precios. De continuar y profundizarse este proceso, la formación de precios bursátiles será cada vez menos representativa, menos confiable, y el final de las Bolsas y de los mecanismos transparentes e institucionalizados de comercialización será una afligente realidad.
“Descubrir” un precio es llegar al precio justo, producto de la puja de toda la oferta con toda la demanda.
Registrar contratos no necesariamente significa haber intervenido en la puja entre oferentes y demandantes. Participar de la puja es canalizar el volumen al recinto de las Bolsas.
Confeccionar un boleto de compraventa, sellarlo y registrarlo en las entidades bursátiles no implica necesariamente que ese volumen de mercadería haya participado del proceso de descubrimiento del precio. Significa al menos que las partes han ratificado mediante un contrato formal su voluntad de cumplir con las obligaciones comerciales e impositivas y que han acordado tener acceso a los servicios arbitrales a los que se someten para dirimir sus eventuales conflictos.
¿Registrar contratos en las Bolsas significa participar plenamente de un mercado institucionalizado?
Desde un punto de vista contributivo, para el mantenimiento económico del sistema o para tener acceso al servicio de arbitraje general, sí. Desde un punto de vista contributivo en términos de valor para un mercado, no necesariamente.
La actitud de los actores comerciales en este sentido es determinante. Por tal motivo, debería arbitrarse alguna forma de premiar las operaciones que participan efectivamente del proceso diario de puja para la formación de los precios, diferenciándolas de aquellas que no lo hacen.
El comercio de granos en la Argentina se encuentra seriamente afectado por normas impositivas que generan inequidades entre los distintos actores de la cadena comercial. Cuando los privilegios con los que algunos canales cuentan son utilizados para beneficiarse en forma sectorial, en un mercado altamente competitivo se generan inequidades comerciales que distorsionan los precios que unos pueden pagar frente a otros, lo que enturbia la valorada transparencia.
El Estado está facilitando con algunas medidas esta situación. A saber:
- con inequidades impositivas, que se reflejan en el impuesto a las ganancias, impuesto a los créditos y débitos bancarios, impuesto a los ingresos brutos y tasas municipales.
- con inequidades comerciales, que resultan de una dispar valoración de las responsabilidades de distintos actores que cumplen similares tareas.
Hoy un compromiso ineludible de todos los sectores que participan en las Bolsas y los Mercados es contribuir a uno de sus objetivos fundamentales para el que fueron creadas estas Instituciones: procurar de las autoridades una adecuada legislación relativa al comercio, producción, finanzas y economía general, respetando la propiedad privada y la libre iniciativa.
Fortalecer el proceso de formación de precios en Bolsas y Mercados contribuye a obtener:
1) Mayor concentración de las fuerzas que movilizan al mercado (oferta y demanda), asegurando transparencia.
2) Mayor difusión de los precios y de las condiciones transadas, lo que realimenta desde el punto de vista informativo a todos los participantes.
3) Mayor seguridad, porque dentro del ámbito de las Bolsas existen reglamentos estatutos y normas específicas que autorregulan la actividad.
4) Mayor legalidad, al gozar de un sistema de información de antecedentes de quienes ingresan al sistema. Las Bolsas están compuestas por asociados pertenecientes a los distintos sectores que intervienen en la cadena de comercialización de granos, lo que asegura la conformidad de todos los involucrados.
5) Mayor fortalecimiento de la oferta, que se da como consecuencia de la concentración de la misma, que de por sí es atomizada.
8. Conclusiones
Un cambio de actitud proactivo de los participantes fortalecería el sistema. Valorar lo que se tiene no significa que no se pueda mejorar lo que se ha venido haciendo.
Las instituciones bursátiles deben seguir enarbolando la bandera de la libertad de comercio, velando para que el proceso de formación de precios sea cada vez más transparente.
Si los granos se alejan de los mercados perdemos todos:
*Pierde el productor, porque no contará con un mercado de referencia para negociar su producción.
*Pierde el comprador final, porque no protege a su proveedor poniendo en peligro su propia subsistencia.
*Pierde el comercio, porque la falta de transparencia fomenta la competencia desleal y enturbia la actividad de los intermediarios.
*Pierde el agente bursátil, porque ve reducida la materia prima con que desarrolla su actividad.
*Pierde el Estado, porque al no concentrarse la operatoria en un recinto, los organismos de control serán cada vez menos efectivos para poder luchar contra la evasión.
*Y a partir de perder este valor, pierde el país y todos los que lo habitamos.

Misión conjunta del sector sojero internacional a la India

En el marco de convenios firmados por diferentes instituciones representativas del sector sojero del Cono Sur y la Asociación de Productores de Soja de USA - Marketing Internacional (ASA-IM), con el objetivo de incrementar los mercados externos y de consolidar una estrategia común en respuesta a las barreras que se establecen en los mismos, el U.S. Soybean Export Council, organizó una misión conjunta para explorar el desarrollo de mercados y establecer acciones de cooperación en la promoción del consumo de soja. India fue elegida porque es el segundo país en población en el mundo y se espera que supere a China en el 2040.El principal objetivo de la ASA fue mostrar sus actividades en la India, iniciadas hace más de 10 años, en una estrategia dirigida a incrementar el consumo de soja en la producción de pollos, leche, acuacultura, y consumo humano directo. A la vez, procuró involucrar a los países sudamericanos en esa tarea, con el aporte de recursos humanos y financieros. La base financiera de los programas de la ASA se sustenta en el programa de “check-off” implementado en USA desde hace varios años, y que a su vez crea la base para programas de investigación.

La exportación de grano de soja y sus derivados, de parte de USA, ha declinado en los últimos años, a favor de la ganancia de mercado de parte de la Argentina, de Brasil y de Paraguay, más competitivos en la producción de soja, y por la penetración del sector de la palma. Una estrategia de expansión de la demanda por parte de la India de grano de soja y sus derivados, junto a cambios en las regulaciones tarifarias implementadas en los últimos años, en la liberalización del comercio de aceites, posicionaría a la India como importador de grano en detrimento de los derivados de soja. Tal cual lo que sucedió en China, aunque en este caso los beneficios fueron mayormente ganados por los países latinoamericanos. USA es un ineficiente productor de derivados, y un incremento de la demanda de grano de parte de la India los posicionaría mejor, de acuerdo a la opinión americana.

La posición actual de privilegio de la Argentina como exportadora de aceites a la India fue tenida en cuenta en la decisión de acompañar esta misión. Por ello se insistió en la necesidad de que la promoción debería incluir el grano, el aceite y las harinas.


ASPECTOS DESTACADOS DE LA INDIA

La población asciende a 1.100 millones de personas con una tasa de crecimiento del 1,4% por año. Existen 180 millones de familias. En los últimos años el GPD (o PBI) crece a una tasa del 7/8% y la agricultura representa el 30%, con importantes variaciones interanuales. Es el tercer país productor de alimentos y su consumo crecerá significativamente en los próximos años. Cultiva 45 millones de hectáreas de arroz y 26 mill. has. de trigo, con una producción de 87 y 72 millones de toneladas. Un 60% de la población depende directa o indirectamente de la agricultura. El sector industrial y de los servicios crecen a una tasa constante, lo mismo que la urbanización. Para este año se estima que el sector de la agricultura se expandirá un 2,2%, la industria un 9,7% y los servicios un 10.3%.

Hay un crecimiento cualitativo del nivel social que engrosa la clase media, y como resultado un incremento en el consumo de la harina de soja en el mercado local y en los países asiáticos vecinos. Se observan signos positivos en la integración de la cadena de producción aviar, y un acrecentamiento en la producción de leche y de peces para consumo humano. A la vez, se ha desarrollado una industria de alimentos de soja, con intensa promoción sobre usos y beneficios para la salud. Sin embargo, la India posee un valor muy bajo de consumo de soja. El consumo per capita es de 5,5 kg. comparado con 170 kg. de USA, 35 kg. de China y 161 kg. del Brasil. Si bien es una población mayoritariamente vegetariana, los hábitos de consumo del segmento más joven están cambiando. También existe una mayor conciencia hacia los alimentos saludables y cambios en el estilo de vida. Por ello se espera que el crecimiento del consumo sea considerable.

Su elevada población y su papel como productor de alimentos para consumo local, ubican a la India como el primer productor mundial de leche, segundo en producción de peces en cautiverio, cuarto en producción de huevos y quinto en la producción de pollos.

Existen señales ciertas en el mercado que muestran que en los últimos 6 años se duplicó el consumo de pollos, debido a una mejor integración agroindustrial, a la mejora en la calidad de los productos, a la búsqueda de mayor seguridad alimentaria y a los precios estables. Se estima un crecimiento sostenido del 12/15% anual, aunque también hay opiniones que la tasa será inferior. Lo mismo sucede con la producción de leche, dado una mejor industrialización, mejor stock de ganado, mejores canales de distribución, el aumento de productos lácteos se estima a una tasa del 3/4% anual. La actividad de la acuacultura se está modernizando, con formulaciones perfeccionadas de alimentos en base a soja.

La India es un tradicional importador de aceites y un neto exportador de harina de soja, con un comportamiento muy especial en los negocios de aceites. La posición de la India en el mercado de aceites, la sitúa como la cuarta economía del mundo. Cultiva una superficie de 26 millones de hectáreas, con una producción de 27,7 millones toneladas de 9 oleaginosas, que sumados al algodón y la copra totalizan 36 mill. tm. Esto genera 8 mill. tm. de aceites vegetales, importando aproximadamente 5 mill. tm., con un consumo del orden de 11 kg. per capita. La población de bajos recursos consume 5 kg. de aceite comestible y la de ingresos mayores 22 kg. por habitante/año. La India representa en el mundo de los aceites el 8% de la producción (los aceites de maní, de soja y de colza sumados representan el 80%), un significativo 9% de la importación y un 9,3% del consumo mundial. Una particularidad es que las diferentes especies se cultivan en regiones específicas, que determinan que el consumo de la población sea también regional en función de la disponibilidad y de los factores de distribución y precio. De la importación, un 66% pertenece a la palma y un 34% mayoritariamente a la soja, siendo un 95% aceite crudo. La expectativa de crecimiento es del 5/6% anual, con una producción que ascenderá a unas 300 mil tm. por año, pero que requerirá otro tanto para suplir la demanda en un buen año de producción interna. Si bien posee un excedente de capacidad de crushing local, la importación de grano de soja está restringida por políticas tarifarias.

Las cifras actuales de la Argentina, muestran que durante 2006 exportó 1,36 mill. tm. de aceite de soja, un 23% del total exportado, el Brasil unas 200 mil tm. y 21 mil tm de USA. La India también importó unas 76 mil tm. de aceite de girasol de la Argentina, bajo una cuota tarifaria.

La India tiene una política muy complicada en el establecimiento de impuestos a la importación, por lo que hay que estar permanentemente negociando esos aranceles. Los valores se ajustan periódicamente en función de los precios internacionales. A nivel mundial presenta los mayores aranceles en el área del grano de soja y otras especies y sus derivados. La razón principal de esa política es la protección de la producción local, de baja escala y competitividad, y con un clima errático.

Un requerimiento que el gobierno de la India ha impuesto a la importación de aceite de soja, es la aprobación previa de cada embarque en el caso de que provenga de organismos genéticamente modificados (GM). Se ha solicitado una aprobación única en el caso de un determinado origen (Argentina). También existe un arancel a la importación de aceites del 30% y del grano del 45%. La palma tiene una tarifa muy superior, lo que obliga a los exportadores de palma a reducir los precios.

India juega un rol importante como abastecedor competitivo de harina de soja en el mercado regional asiático, entre otras cosas por su sistema de envase en bolsas, producto de plantas de extracción pequeñas y medianas de relativa modernidad.

La importación de semillas GM no está permitida en la India, a menos que se apruebe por el Comité creado al respecto. Esto afecta a la soja y otros cultivos como el maíz, quitando posibilidades a su importación. Un trabajo conjunto para modificar esta situación traería grandes beneficios a los países productores, como el caso de la Argentina.

El sector oleaginoso en la India se caracteriza por un gran número de plantas de pequeño a mediano tamaño, de baja tecnología y con capacidad total en exceso. Esta estructura ha sido influenciada por el gobierno, que regulaba el tamaño de las plantas a construir, la intensidad de la inversión y el manejo restrictivo a la importación de granos oleaginosos. Recientemente, se ha producido una consolidación del sector, con inversiones de grandes firmas locales y multinacionales.


MARKETING SOJERO INTERNACIONAL EN LA INDIA

Con la colaboración de expertos hindúes formados en las mejores universidades del mundo, se están realizando trabajos de investigación y extensión para promover el consumo de la soja y sus derivados en todos los terrenos. Observar el trabajo de campo de manera directa en la promoción del consumo de soja como forraje y alimento, ha sido una experiencia muy significativa. Este mecanismo se denomina marketing reverso.

La agenda de visitas y reuniones de la reciente misión incluyó a las organizaciones e instituciones más representativas del agronegocio de la India, entre las cuales se destacan la Asociación de Manufactureros de Alimentos Balanceados (CLFMA), la poderosa Asociación de la Industria Aceitera de Extractores por Solvente (SEAI), la Organización Central de la Industria Aceitera y Negocios (COOIT), empresas líderes en la producción de leche, pollos, huevos y peces con uso intensivo de soja como fuente proteica, empresas grandes y pequeñas especializadas en productos para la alimentación humana, y expertos en economía y del sector de la importación de granos y sus derivados.

La estructura de marketing del ASA-IM que interactúa con la industria de consumo de la soja como forraje, está compuesta por un Director Regional y un Director Técnico, apoyados por 4 consultores regionales. Este grupo, en el sector del uso como forraje, realiza las siguientes actividades: participación en ferias, desarrollos de micro y medianas empresas, asesoramiento a profesionales y empresas, seminarios, demostraciones a campo, reuniones de trabajo con técnicos especialistas, relaciones industriales, diseño e impresión de literatura apropiada. Los seminarios permiten un contacto con 14.270 personas por año, 665 contactos de campo, y reúnen un grupo de 4.570 miembros activos en el programa de forraje. Se realizan 10 seminarios por mes y en 780 días profesionales, realizan 25 contactos diarios.

Los principales objetivos a nivel del uso en alimentos balanceados, son la promoción de la incorporación de la soja en las fórmulas, establecer programas de calidad y nutrición y proveer contactos de negocios. A nivel del aceite, incrementar su uso como fuente energética. También se mantiene un estrecho trabajo con agencias gubernamentales, utilizando infraestructura pública y recursos humanos. A nivel gerencial y profesional, se refuerza el valor de la soja apoyada con bases científicas sólidas, compilando los mensajes y recomendaciones en cursos de gerenciamiento de plantas. Se incluye un trabajo de convencimiento para posicionar a la soja y sus derivados en el mercado del productor de pollos, leche, huevos y peces. En la actualidad, los productos principales son: soybean meal, full fat meal y soybean oil meal, lecitina de soja, aceite, cáscara y concentrados proteicos. El consumo estimado para el año 2006 es de 1.8 mill. tm. en el sector de pollos, 186 mil tm. en producción de leche, y 60 mil tm. en acuacultura. Como resultado de esas acciones, los crecimientos en pollos, leche y peces fueron de una tasa anual del 15, 4 y 20% .

Otra área importante de desarrollo con programas de marketing es la del consumo como alimento humano. La soja no es parte de la dieta tradicional de la India. Se introduce en los ‘60 como un cultivo oleaginoso, y en estos años se producen unas 7 mill. tm. de grano de soja. Luego de una introducción accidentada, se asiste a una mayor aceptación de la soja como alimento. Las acciones se centran en el entrenamiento de empresarios pequeños en la producción de leche de soja y tofu, hasta grandes procesadores. Junto a estas empresas se conducen actividades promocionales, con la participación de organizaciones gubernamentales. Desde el año 2000 en que existían 50 empresas en el rubro, actualmente hay 400, con una gran demanda a todo nivel de la población. Los profesionales a cargo, tal se ha expresado, son formados en las mejores universidades del mundo, y sobre una base científica sólida recomiendan el buen uso de la soja y sus alimentos derivados.

Con una estrategia similar al caso del forraje, se suman competencias de ‘chefs’, programas de aseguramiento de calidad, cursos de nutrición, y un programa de nutrición y provisión de soja a nivel escolar. El gobierno alimenta directamente 58 millones de chicos por día, en más de 500.000 centros. El programa del ASA-IM permitió incluir soja en el programa alimentario de 7 estados. Se desarrollan pequeñas empresas de proceso, entrenándose más de 500 nuevos empresarios anualmente. También se incentiva la investigación en las universidades. Una campaña puntual sobre el consumo y la generación de oportunidades de trabajo se dirige al sector de la defensa, integrada por un millón de efectivos y 2 millones de reserva. El menú de alimentos derivados incluye productos tradicionales y no tradicionales. En el 2000 existían 5 categorías de alimentos y al presente esa cifra asciende a 20.

El ASA-IM, en su propuesta, pretende incrementar el consumo de soja SBE para el 2011 a 7 mill. tm. Esta cifra compuesta por 3,4 para consumo en pollos, 1,3 de huevos, 1 de leche y 0,18 en acuacultura. El consumo humano alcanzaría a 1,10 mill. tm. En ese caso, la India dejaría de ser exportador de harina, creándose expectativas promisorias para la importación de harina o grano de soja. Estas cifras no coinciden con ciertas estimaciones que se documentaron localmente, siendo la proyección más baja.
Una primera conclusión es que, sin lugar a dudas, el mercado de la India va a crecer y será importador de alimentos, porque lo necesita y porque tendrá los recursos económicos para hacerlo. Cada incremento en el número de habitantes y en su nivel de vida es una nueva oportunidad para países productores como la Argentina.

La estrategia de marketing implementada por el ASA-IM es digna de ponderar e imitar, fuera de los objetivos o de los impactos que cause a nuestras economías, que en realidad obtuvo en estos años beneficios concretos también. Estas acciones muestran la potencialidad de extender el conocimiento desarrollado en los ambientes universitarios de investigación y extensión, con un programa de trabajo, que en este caso se ejemplifica con la soja, pero para nuestros países puede ser implementado en otros rubros, en conjunto entre los sectores público y privado.

La misión conjunta, en su análisis final, puntualizó algunos temas estratégicos para seguir trabajando. Los más importantes, propuestos por la delegación Argentina y posteriormente consensuados, son:

1- Respeto de las competitividades propias de cada uno de los países en cuanto al tipo de productos exportables ( Argentina exportadora de subproductos).
2- Defensa permanente del tratamiento bajo un criterio científico técnico de los alimentos genéticamente modificados y de la importancia de la biotecnología como elemento potenciador de la producción.
3- Colaborar en la generación de normativas sobre calidad de los productos de soja en lo relativo a niveles de contaminación por agroquímicos y micotoxinas.
4- Transparencia absoluta en cuanto a la defensa del medio ambiente productivo y mayor información a la comunidad, en respuesta a las campañas en contra del cultivo de la soja en Sudamérica.
5- Mayor intercambio de información para mejorar la creación de valor interno con productos de mayor valor agregado.
6- Determinar nuevos mercados potenciales y acciones conjuntas de marketing sojero internacional.


ACSOJA está en una etapa de estudio sobre la participación concreta en esta iniciativa. En principio, es de interés mayoritario continuar la relación y aportar principalmente recursos humanos, para transferencia de conocimiento local y obtener un feed back en cuanto al manejo de estrategias, observación en el terreno de tendencias del mercado, priorizando el trabajo conjunto con los países sudamericanos.



HISTORIA : Los controles de precios y su impacto económico

En innumerables ocasiones a lo largo de la historia, los gobernantes han tratado de hacer uso de "la fuerza de la ley" para solucionar de forma drástica los problemas económicos. Así, la intervención oficial en el mercado para fijar valores determinados a los bienes y productos sensibles de acuerdo a la opinión de los poderes públicos, se conoce como “política de control de precios”. Esa práctica se establece por lo general en el intento de evitar la inflación o abaratar el consumo de los sectores populares. Durante el Imperio Romano, el emperador Diocleciano asistió a una profunda crisis económica e intentó controlar la economía y los precios. A través de un edicto fijó precios máximos para más de mil trescientos productos y también estableció el costo de la mano de obra para producirlos. Pese a que quienes violaran la medida serían condenados a la pena capital, el edicto fracasó. Las consecuencias fueron la desaparición de productos del comercio, el surgimiento de un mercado negro y la agravación de las alzas de precios. Finalmente, Diocleciano fue obligado a abdicar. Más tarde, Juliano el Apóstata reincorpora los controles de precios y con ello añade una causa más para la caída del Imperio.
Durante más de cuarenta siglos la fijación de precios oficiales o políticas de control de precios jamás ha dado resultados más allá del corto plazo, pues a la larga sólo generaron pobreza, escasez y corrupción.El primer caso documentado de control de precios fue el que impusieron los reyes sumerios durante el siglo XXIV a.c.. A esta tarea se dedicaba el “sangu” o vicario administrador, quien ordenaba las actividades económicas mediante una burocracia agobiante. Tal política destruyó la economía sumeria, al punto que el Rey Urukagina terminó aboliendo impuestos y regulaciones y eliminó el burocratismo luego de una revolución.Los persas incurrieron en experiencias similares siglos más tarde. Intervenciones de precios y salarios unidos a los altos impuestos fueron los detonantes de sendas rebeliones egipcias que pusieron fin al dominio persa tanto en Babilonia como en Egipto.

Las políticas de control de precios se sucedieron en la Revolución Francesa, donde la notoria "ley del máximo" fue responsable de la mayoría de las víctimas de la guillotina; y en la China de Chiang Kai-shek, quien para hacer cumplir los precios máximos terminó matando a comerciantes en las plazas públicas de Shanghai, para que sirvieran de lección.

En 1936 la administración del III Reich decretó la congelación de todos los precios existentes en Alemania, como culminación del proceso de "domesticación de precios" que venía sufriendo el país desde la llegada al poder del nacionalsocialismo casi cuatro años antes. La economía de compulsión nazi acabaría pasando a la historia por su sistemática y elaborada naturaleza, así como por las durísimas medidas que acompañaron su aplicación. Para los nazis el control de los precios no era una medida coyuntural sino que estaba enraizada en su proyecto político totalitario y belicista.

Hitler tenía claro, tras la hiperinflación alemana del 23, que un proceso inflacionario podía significarle una creciente impopularidad, y por ello comenzó a establecer sucesivamente precios máximos sobre distintos artículos. Pero, una vez que se embarcó en esos controles, el proceso ya no se detuvo y se extendió a prácticamente todos los bienes y servicios, fueran de consumo, capital, materias primas o trabajo. Surgieron las colas, los desabastecimientos, la acumulación de cualquier producto que se encontrara en las tiendas, y finalmente el racionamiento. En sus etapas finales, la economía alemana absolutamente devastada por la guerra mostraba paradojas como que, en medio de un hambre generalizada, un sombrero sin precio controlado costaba millones de veces más que una pieza de pan (sobre la que sí existía precio máximo). Tiempo después, el jerarca responsable del planeamiento económico, Herman Goering, siendo prisionero confesó: “Si intentan controlar precios y jornales, es decir el trabajo del pueblo, deberán controlar la vida de las personas. Y ningún país puede intentarlo a medias. Yo lo hice y fracasé”.

Durante la Segunda Guerra Mundial, en los Estados Unidos se creó una Oficina de Administración de Precios que elaboró una lista de productos sometidos a control y exigió autorización previa a cualquier modificación en sus precios. Algunos fabricantes fueron sorprendidos con precios muy atrasados, lo que los condenaba a fuertes pérdidas. Su primera reacción consistió en disminuir la calidad de los productos, después empezaron las presiones sobre la Oficina de Administración de Precios y la presentación de estudios que demostraban que si no se les autorizaba a subir los precios se verían obligados a cerrar, etc.. La burocracia de dicha repartición (dirigida por el célebre John Kenneth Galbraith, quien narró lo acontecido como enseñanza) no tuvo más remedio que ir cediendo de a poco, y su trabajo resultó poco menos que inútil.

Tampoco funcionaron los controles 25 años más tarde, cuando Richard Nixon, al alcanzar la inflación el 4,5% anual, nivel considerado entonces como inaceptable, impuso un congelamiento de precios y salarios entre 1971 y 1973; o cuando el presidente James Carter más adelante trató de hacerlo más selectivamente.

En la Unión Soviética, donde pareciera que estos problemas podían superarse, tampoco fue así. Los precios artificialmente bajos de algunos productos implicaron un rápido agotamiento de su oferta; y las largas colas para adquirir artículos básicos como el pan eran muy frecuentes. Además, como los productores de trigo recibían el mismo salario fuera cual fuese la demanda y la calidad de su producto, el estímulo económico era sustituido por una fuerte presión e incluso por cruel represión.

Nuestro país fue escenario en diversas épocas de experiencias parecidas y con similares consecuencias: carestía, mercado negro, caída de la oferta, distorsión de precios relativos, corrupción, etc.

Como muestra, basta recordar la política de “inflación cero” encarada por José Ber Gelbard, ministro de economía del gobierno justicialista en 1973. Las medidas consistieron en aumento de salarios junto con congelación de los precios –incluyendo tarifas públicas y tipo de cambio– por tiempo indefinido. Así se inició un período caracterizado por el mercado negro y el desabastecimiento. Progresivamente, la política de gasto público encarada por el gobierno, sumada al atraso de tarifas, motivaron un incremento enorme del déficit fiscal financiado con emisión monetaria. Todo esto incubó un proceso inflacionario virulento que explotó el 2 de junio de 1975 con el recordado traumático “rodrigazo” (denominación devenida del recién asumido ministro de economía, Celestino Rodrigo), al disponerse un violento sinceramiento de las variables económicas.

En la actualidad los gobernantes son más sutiles, pero no por ello más efectivos. En nuestros días, uno de los objetivos prioritarios del gobierno nacional ha sido preservar la estabilidad de los precios. Para ello recurrió a diferentes mecanismos, tales como los acuerdos o controles sobre bienes o productos cuyos precios repercuten en el poder adquisitivo de la población.

Un caso que puede citarse es el de la carne. Para neutralizar el impacto del precio de la carne vacuna sobre el índice de precios al consumidor (IPC), se dispuso primero prohibir sus exportaciones y luego limitarlas, restando demanda externa para que el precio bajara. Obviamente, el precio declinó de manera forzada y a costa del bolsillo de los productores ganaderos.

Otro ejemplo es el servicio de transporte de pasajeros en el área metropolitana de Buenos Aires. Los boletos de corta y media distancia se mantienen contenidos, por lo que el IPC no registra aumentos en ese rubro. La salida de las autoridades para evitar los quebrantos de las empresas transportistas fue subsidiarles sus desfasajes. El consumidor terminó soportando el transporte más caro, pero en vez de pagarlo el pasajero cuando compra su boleto lo hacen los contribuyentes a través del sistema impositivo.

Con los combustibles ocurre algo similar. El precio interno se mantiene invariable desde que el barril de petróleo cotizaba en el mercado internacional a u$s 30, siendo que actualmente ronda los 51 dólares y llegó a alcanzar los 80. Este diferencial ha generado problemas de abastecimiento por falta de inversiones necesarias para incrementar la oferta. Cuando la escasez de gasoil amenazó con complicar las actividades agropecuarias y el transporte, el gobierno exigió a las empresas petroleras que importaran a valores internacionales, para luego venderlo internamente al precio oficial. Este mecanismo, que también busca ocultar el impacto sobre el IPC, sólo es sostenible por un breve tiempo.

El aumento moderado del nivel de precios minoristas que mide el INDEC, logrado con la ayuda de controles oficiales, más allá de que no refleja la sensación que buena parte de la población siente en sus bolsillos, tiene como contrapartida una distorsión creciente en la estructura de precios relativos. La apertura del IPC muestra que desde diciembre de 2001, mientras el nivel general se elevó el 87%, el transporte público aumentó sólo el 23%; la telefonía fija, el 9%, y los servicios residenciales de gas y agua, el 17%. Los retrasos son evidentes, y la compensación mediante subsidios oficiales al transporte y a la energía no ha sido suficiente para motorizar las inversiones imprescindibles.

Los ejemplos anteriores muestran que, a pesar de que las autoridades puedan manejar los índices durante cierto tiempo, el problema inflacionario seguirá vigente. En algún momento las presiones inflacionarias reprimidas van a manifestarse, sea por escasez de productos, por disminución en la calidad de los mismos o algún otro mecanismo que permita equilibrar la diferencia entre el valor oficial y la inflación real. Cuanto más amplio y férreo sea el control de precios y cuanto más largo el período en que se aplica, más complicada será la resolución del problema.

En síntesis, los controles de precios no han funcionado en 4.000 años, bajo ningún contexto y en ninguna cultura. Lamentablemente, parece que las lecciones de la historia no se aprenden y que las ideas desacreditadas no mueren ni se olvidan.

El dilema de los impuestos

Por Richard W. Rahn.- Los asesores de los candidatos presidenciales en Estados Unidos confrontan un fuerte dilema sobre las reformas de impuestos. Para maximizar las recaudaciones hay que tener tasas bajas de impuestos, tanto para los pobres como para los ricos, debido a que los pobres no tienen dinero y los ricos siempre encuentran maneras de protegerse de altos impuestos. Al mismo tiempo, la clase media rechaza pagar más en impuestos que los ricos.El segundo hombre más rico de EE.UU., Warren Buffett, recientemente escribió una columna diciendo que la tasa promedio que él paga en impuestos es de apenas 17,7%, mientras que su secretaria paga 30%. Durante las elecciones de 2004 se supo que John Kerry (el candidato a presidente más rico en la historia de este país) y su esposa pagaban un promedio de 12% sobre sus ingresos, bastante menos que la mayoría de los estadounidenses de clase media.Muchos políticos de izquierda reclaman vehementemente que los ricos paguen más impuestos, pero cuando examinamos sus propuestas de aumentar los impuestos a los ricos comprobamos que sus propuestas afectan más a aquellos que están tratando de ser ricos, sin realmente afectar a los ya muy ricos, como los Kerry y los Kennedy.

Para medir la sinceridad de tales propuestas, yo siempre reviso la manera cómo ellas afectarían la declaración de impuesto de John Kerry.

Algunas políticas de impuestos fomentan el crecimiento, mientras que otras simplemente tratan de redistribuir la riqueza. En este país, el 1% de la población con más altos ingresos paga el 37% de todos los impuestos recaudados. Las encuestas efectuadas a lo largo de varias décadas indican que la mayoría de los ciudadanos creen que nadie debe pagar más de 25% de sus ingresos en impuestos al gobierno.

La gente considera que no es justo pagar más y muchos que no son ricos sí aspiran a serlo algún día, como empresarios, campeones deportivos y hasta ganándose la lotería. A lo contrario de lo que sucede en Europa, los estadounidenses no resienten a los ricos, sino que más bien suelen aspirar a ser ricos también. Por esa razón, los candidatos a favor del crecimiento económico alcanzan mejores posiciones en las encuestas que los candidatos que buscan redistribuir la riqueza.


La mayoría de los republicanos que votan en las primarias quieren reducciones en los impuestos y mayor control sobre la tiranía de la oficina del impuesto sobre la renta. En las elecciones presidenciales, algunos votarán por el candidato que prometa quitarles más a los ricos, pero ellos votarán de todas maneras por el Partido Demócrata, mientras que ningún candidato republicano conseguirá votos incitando la guerra de clases.

Los altos impuestos destruyen la creación de riqueza, sin lograr que los ricos paguen más. Una de las ventajas de ser rico es que se puede escoger la mejor manera de recibir ingresos, dónde se obtienen tales ingresos y dónde se pagan los respectivos impuestos. Muchos suecos y franceses han emigrado a otros países para ahorrarse millones en impuestos. Cuando un rico se exilia, el gobierno no obtiene un centavo. Y cuando los impuestos son muy altos, la gente prefiere el tiempo libre en lugar de trabajar más y también prefieren gastar que ahorrar, todo lo cual conduce a menores ingresos fiscales.

Los economistas han estado tratando de calcular cuál es la tasa impositiva óptima para cada sector de contribuyentes. Imponer tasas más altas a los altos ingresos conlleva dificultades. En la medida que aumentan las tasas, se multiplican exponencialmente los incentivos a buscar maneras, legales o no, de eludir impuestos y mientras más rico se es, más fácil es lograrlo.

El resultado de imponer altas tasas impositivas a los ricos es que entones ellos gastan más e invierten menos o trasladan sus capitales a otras jurisdicciones. Por consiguiente, los países con altas tasas de impuestos lograrán menor crecimiento económico, menos oportunidades de empleos y salarios más bajos.

Una exitosa alternativa a altas tasas del impuesto sobre la renta es una tasa modesta y pareja o un impuesto al consumo, con reintegros a quienes ganan poco.


viernes, septiembre 28, 2007

Redistribución y pobreza

por Manuel F. Ayau.- Según investigaciones del Banco de Desarrollo Asiático (ADB), la pobreza ha disminuido mucho más en aquellos países del Asia donde las desigualdades de riqueza han aumentado, más que en aquellos países donde las desigualdades de ingresos son menores. Y la pregunta al respecto de la revista The Economist es “¿acaso importan las desigualdades mientras la pobreza disminuye? Y, agrega, “medidas populistas para quitarle al rico no son la respuesta porque restringen el desarrollo”. En mi columna he sostenido por años que la meta de disminuir las diferencias de riqueza y la meta de disminuir la pobreza son mutuamente excluyentes. También he abogado por la eliminación de los impuestos al rendimiento de las inversiones, como medio para disminuir la pobreza y, a la vez, aumentar los ingresos fiscales, recomendando como impuesto único el IVA, sin excepciones. La razón no es favorecer a los ricos sino a los pobres, cuyos ingresos dependen de la demanda por trabajadores de parte de inversiones productivas.

Las inversiones se van adonde mayor será la utilidad y eso es así hoy más que nunca porque se pueden realizar pequeñas inversiones en cualquier parte del mundo vía la Internet, a través de corredores y la banca de inversión. La rentabilidad del capital invertido es la medida de la productividad, sobre la que tanto se habla.

La izquierda ataca esto, aduciendo que así se protegen los intereses de los ricos. Como no son tontos, tales críticas son meramente ideológicas. Lástima, porque así perjudican a los pobres mucho más que a los ricos. La pregunta de siempre es: ¿acaso importan las diferencias mientras la pobreza disminuye? La postura de la izquierda parece ser que no importa la pobreza, con tal que los ricos no se hagan más ricos.

Decir que los ricos son ricos porque los pobres son pobres es una falacia, ya que la riqueza no es una cantidad fija. La falla es que los economistas no han sabido explicar el fenómeno de la ganancia para ambas partes en todo intercambio voluntario entre dos personas.

Es muy importante comprender cómo la división del trabajo (fenómeno espontáneo en una economía de mercado) y el subsiguiente intercambio resultan en el aumento real del pastel a dividirse, por lo que entonces a todos les toca más. Reconozco que se trata de algo contra intuitivo y hasta algunos economistas ganadores del Premio Nóbel no lo entienden.

Y si no se entiende el fenómeno de costos comparados tampoco se comprende el hecho que, en ausencia de privilegios legales, sólo se logrará hacer fortuna enriqueciendo a los demás. Los pobres no son pobres porque los ricos son ricos y todos nos beneficiamos cuando otros se hacen más ricos.

Por ejemplo, la xenofobia en Estados Unidos contra China no existiría si comprendieran que mientras más rica es China más rico será Estados Unidos y el resto del mundo también. Y tampoco debiera existir la hostilidad contra ricos que tanto empobrece a los pobres.


Adulando al Tío Sam: Relaciones comerciales China-EE.UU.

Por Aparicio Caicedo.- A partir del fallecimiento de Stalin, en 1953, Mao inició un lento pero decido acercamiento hacia el Tío Sam. Poco logró durante los primero años, en el despacho oval estaba aún fresco el recuerdo de la Guerra de Corea. Además, la paranoia anticomunista de la época hacía poco atractiva cualquier relación con la República Popular. Rechazado, el líder chino comenzó a inflamar sus discursos con antiamericanismo radical. Sin embargo, a partir de 1969, con un país cada vez menos significante en el panorama mundial, aunque sin reducir la hostilidad retórica, el gobernante asiático reinició el cortejo al gigante de occidente. Curiosamente, la ocasión dorada para concretar el acercamiento se dio en el escenario deportivo. En abril de 1971, durante una competencia mundial de tenis de mesa en Japón, un casual apretón de manos entre los campeones de Estados Unidos y China, cuya foto fue inmortalizada en todas las portadas de la prensa nipona, tuvo consecuencias.
Mao hizo gala de un asombroso sentido de la oportunidad, utilizó a los deportistas de ambas naciones como diplomáticos improvisados. En una fina demostración de astucia, el gobierno chino invitó a la selección estadounidense de ping-pong a su país, fue un despliegue de hospitalidad sin precedentes. El presidente norteamericano, Richard Nixon, miró con singular beneplácito el gesto de la dirigencia socialista, hacía tiempo que buscaba la manera de estrechar lazos con el dragón.

Los intereses de Washington y Pekín tenían dos puntos fundamentales de afinidad: contrarrestar el poder de la Unión Soviética y acabar con el peligroso régimen vietnamita. Se inició un intercambio de favores muy benévolo para ambas potencias. El mandatario estadounidense, acompañado del legendario Henry Kissinger como director de la orquesta diplomática, hizo una significativa visita a la capital china en 1972. La Casa Blanca reconoció estatus diplomático a Pekín. El coloso comunista fue aceptado en las Naciones Unidas. China consiguió además un codiciado puesto en el Consejo de Seguridad, desplazando a Taiwán. Pero lo más importante para Mao, sus expertos militares accedieron a tecnología castrense de vanguardia. Al parecer, lo que comenzó como un pacto de mutua conveniencia terminó en una entrañable amistad. En febrero de 1976, el Gran Timonel, sabiéndose cercano a la muerte, envió un avión para recoger a Nixon —entonces lejos del poder y profundamente desprestigiado— para darle el último adiós en persona.

Han pasado más de tres décadas desde los días de la diplomacia ping-pong. Durante todo este tiempo, la hospitalidad de la cúpula pekinesa ha seguido mostrándose eficaz para calmar ánimos hostiles de Washington. Los mandarines han hecho de las relaciones internacionales un fino arte. Ello quedó confirmado recientemente, a comienzos de 2006. Tras una gira por China y varias entrevistas, los altos funcionarios del régimen comunista persuadieron a los senadores estadounidenses, Charles Schumer y Lindsey Graham, de suavizar el tono de sus enconadas reivindicaciones contra la política monetaria del dragón. Se evitó así un enfrentamiento comercial poco beneficioso para ambas economías, aunque no por mucho tiempo.

Schumer y Graham presentaron, en 2003, un proyecto de ley encaminado a imponer, como medida de retaliación comercial, una tarifa uniforme del 27,5% a todas las importaciones provenientes de China. La propuesta señalaba la baja valoración del yuan —derivada de la política monetaria del gobierno chino— como la principal causa del creciente déficit comercial que mantiene Estados Unidos con el Reino Medio. No obstante, el trámite de este proyecto legislativo ha sido aplazado en diversas ocasiones. La última prórroga se dio en junio de 2005, luego de que el gobierno chino accediera a revalorizar su moneda en un tímido 2,1%. Sin embargo, el debate cobró nuevamente vigencia con las últimas cifras oficiales de febrero de 2006, según las cuales, durante el 2005, el déficit aumentó en un 24 por ciento con respecto al año anterior.

Aquella propuesta legislativa recibió severas críticas e incluso fue calificada de proteccionismo caduco por parte de amplios sectores políticos estadounidenses. Muchos ven aún con preocupación las consecuencias negativas que este tipo de medidas pueden acarrear a los intereses empresariales americanos. James A. Baker, antiguo Secretario del Tesoro, comentó que la apreciación del yuan tendría efectos muy débiles en la balanza de intercambio. El antiguo funcionario de la Casa Blanca agregó, durante una conferencia en Hong Kong, que la mejor manera de resolver esta situación no debe radicar en un fuego cruzado de amenazas, sino en el dialogo apacible de la vía diplomática. Por su parte, Alan Greenspan, antiguo amo y señor de la Reserva Federal estadounidense, señaló contundentemente que no hay evidencia que demuestre de forma fehaciente que la política monetaria china sea el principal causante del déficit de intercambio. Otros críticos del proyecto han buscado analogías históricas entre la aquella propuesta y la tristemente célebre Ley Smoot Hawley de 1930. Dicho producto legislativo ha sido recurrentemente señalado como uno de los elementos que agudizó la Gran Depresión de Estados Unidos durante los años treinta. Por medio de aquella ley, el gobierno americano impuso tarifas sumamente elevadas a la importación de aproximadamente veinte mil productos extranjeros. Ello motivó una tormenta de medidas de represalia comercial aplicadas por países de todo el mundo en contra de EE.UU. Se calcula que como resultado de esta ley el volumen de comercio exterior de Estados Unidos disminuyó, entre 1929 y 1934, en un sesenta y seis por ciento.

Afortunadamente, luego de su regreso de la gira por territorio chino, los senadores rectificaron y ganaron optimismo acerca del futuro de las relaciones comercial sino-estadounidenses. Más aún, el republicano Graham quedó muy impresionado por los problemas sociales de China y concluyó que una revalorización súbita del yuan podría agravar esa situación. La cortesía oficial del mandarinato durante la visita de los estadounidenses llegó al extremo de ordenar, en las vísperas de su arribo, cambios en diversas portadas de diarios chinos que contenían críticas severas hacia Estados Unidos. Como resultado, lograron convencer a los senadores de tomar una posición más flexible. A cambio, el gobierno chino barajó la posibilidad de revaluar el yuan progresivamente, como parte de los preparativos para la visita de Hu Jintao a Estados Unidos, programada para abril. Por su parte, como señaló el afamado periodista Frederick Kempe, del Wall Street Journal, el gobierno yanqui aprendió una nueva táctica diplomática, una singular receta para prevenir disputas comerciales con el gobierno comunista: enviar a sus políticos agresivos al país que desean castigar para que reciban una dosis de adulación.

Pocas semanas después, la visita del presidente chino a territorio estadounidense, en abril de 2006, constituyó un despliegue de audacia digno de un manual. Con esta gira, Hu Jintao logró relajar aún más la tensión acumulada entre ambas naciones, especialmente con respecto a dos temas centrales: primero, la pobre valoración de la moneda china, el yuan, que, como señalamos, era vista como la principal causa del crítico déficit comercial que mantiene el gigante yanqui con China; y, en segundo lugar, el poco esfuerzo del gobierno comunista por detener la violación de los derechos de propiedad intelectual al interior del territorio chino. La Casa Blanca no extendió totalmente su alfombra roja a su célebre visitante, otorgando a la llegada del líder comunista el modesto rango protocolario de visita de trabajo, mientras la tecnocracia china se jactaba de una visita de Estado. La cúpula china no podía mostrarse muy susceptible frente al principal destino de sus exportaciones. Estados Unidos importa un promedio de 20.000 millones de dólares mensuales en productos chinos.

Lo cierto es que Pekín inició sus maniobras mucho antes de la gira de su Presidente. La invitación a Schuman y Graham fue sólo el primer paso. La segunda jugada fue aún más audaz. La tecnocracia pekinesa sabe que para ganarse la simpatía de Tío Sam no hay nada mejor que contribuir a la dieta del Leviatán empresarial. En Washington, detrás de todo gran político hay una gran corporación que está dispuesta a perdonar cualquier pecado siempre que sus accionistas vean más ceros a la derecha. Por ello, pocos días antes de la llegada de Hu, la viceprimera ministra china, Wu Yi, desembarcó acompañada de doscientos delegados y un talonario de cheques muy grueso, el cual utilizaron para celebrar ciento seis contratos de compra con distintas empresas, por un valor equivalente a 16.200 millones de dólares. Entre los souvenir que la funcionaria se llevó a casa se incluyen ochenta aviones comprados a la compañía Boeing. La visita del presidente chino fue el magistral cierre de la gran estrategia. Las imágenes del discurso del alto funcionario en las instalaciones de Boeing mostraban a sus ejecutivos alcanzando el nirvana mientras escuchaban planes para la compra de dos mil seiscientos aviones hasta el 2024. La prensa norteamericana describió el evento como un continuo ir y venir de adulaciones entre los líderes políticos chinos y los empresarios americanos. La foto del efusivo abrazo entre el presidente comunista y el mentor original del acercamiento sino-estadounidense, Henry Kissinger, durante la ceremonia, simboliza el corolario de una era.

La República Popular agasajó también al sector de la propiedad intelectual. Muchas empresas presionan para que China adopte medidas estrictas para cumplir con sus compromisos internacionales en materia de propiedad intelectual. Para Microsoft, por ejemplo, la potencia de Asia ha constituido uno de sus mercados más problemáticos, el 90% del software que se utiliza en ese país es pirata. Una conferencia en las instalaciones corporativas del coloso informático y una cálida cena en la residencia de Bill Gates sirvieron para anestesiar la impaciencia empresarial. Hu se comprometió a reforzar los derechos de Microsoft en su territorio y suscribió, in situ, interesantes contratos de asesoría y suministro informático para renovar la capacidad tecnológica de la administración china.

La administración Bush logró que el Departamento del Tesoro americano, a pesar de la intensa presión de algunos sectores políticos, no incluya a China en la lista de manipuladores monetarios, de esta forma las medidas tomadas por Hu para revaluar el yuan no serán vistas como una imposición de Washington. La mañana del 15 mayo de 2006, el Banco Central de China anunciaba ya un primer robustecimiento del yuan frente al dólar americano. Muchos políticos estadounidenses no se mostraron contentos con la deferencia mostrada desde la Casa Blanca hacia Pekín, acusaron la discordancia de anteponer la conveniencia geopolítica a las prioridades económicas. No obstante, como señalamos antes, los más reconocidos expertos estadounidenses han señalado que la baja apreciación del yuan tiene poco o nada que ver con el déficit comercial mencionado. Finalmente, el presidente Hu logró calmar temporalmente las aguas. Para muchos comentaristas, el mandarinato chino inauguró un nuevo título en el manual de relaciones internacionales que algunos denominaron: la diplomacia de la chequera.

A pesar del apaciguamiento temporal de las aguas, el cambio de atmósfera política en el Capitolio amenaza con desdibujar el estrechamiento de lazos sino-estadounidenses. La nueva mayoría demócrata liderada por Nancy Pelosi, actual presidenta del parlamento, ha traído nuevas tensiones a las relaciones sino-americanos. En el pasado, Pelosi se ha referido a los mandarines como “los carniceros de Beijing”. Hay mucho descontento en el Congreso estadounidense con los supuestos estragos económicos causados por la avalancha de productos chinos, los representantes del pueblo buscan culpables. La inauguración del Dialogo Económico Estratégico EE.UU.-China, ciclo de conferencias anuales iniciado en diciembre de 2006 con la reunión del Secretario del Tesoro norteamericano, Henry Paulson, y la viceprimera ministra Wu Yi, constituyó un sólido intento por mantener a flote las relaciones entre los dos gigantes. Sin embargo, con un Capitolio hostil a Pekín, cualquier iniciativa de acercamiento puede ser frustrada.

La opinión pública en Estados Unidos parece inclinar la balanza hacia la vuelta al proteccionismo o, por lo menos, hacia una mayor mesura a la hora de hacer concesiones comerciales. Se percibe un halo de neopopulismo económico muy denso, patrocinado principalmente por el Partido Demócrata, sumado a sectores de la tienda republicana que apoyan las posturas anti-liberalización. Como ha sido costumbre durante más de dos siglos, las necesidades electorales y financieras de los políticos estadounidenses marcan drásticos virajes en las relaciones comerciales de su país. La tienda progresista depende del apoyo de grupos sindicales y asociaciones de trabajadores, potenciales afectados por el cierre de factorías, su discurso deberá adecuarse a las necesidades de su base electoral. Por otra parte, no son pocos los legisladores republicanos adictos al soporte financiero de grupos de interés encarnados por industrias poco competitivas afectadas por la competencia proveniente de China. Ello sin mencionar el auge de corrientes aislacionistas, como el paleoconservadurismo de Pat Buchanan, o el nacionalismo chovinista encarnado por el afamado periodista de la CNN, Lou Dobbs. Todos ellos enemigos declarados del “cosmopolitismo económico”. Algunos académicos antiglobalización más serios, otrora parias del establishment intelectual, como Dani Rodrik, autor de “Has Globalization Gone Too Far?”, están cosechando ratings muy altos en la cartelera del pensamiento económico norteamericano.

Los congresistas Schumer y Graham parecen haber olvidado la hospitalidad recibida durante su estancia en Pekín y se preparan para volver al ataque. Ambos han manifestado estar en búsqueda de nuevas fórmulas para atacar la manipulación monetaria de China. Por su parte, Max Baucus, el principal del Comité de Finanzas del Senado, aboga por incrementar el papel del parlamento como guardián de las relaciones comerciales internacionales.

Un informe muy reciente del United States-China Business Council1 señala que la República Socialista se ha convertido en el cuarto destino de las exportaciones estadounidenses. Según el documento, durante el último año, el coloso de oriente compró productos Made in USA por un monto de 55,2 mil millones de dólares, lo cual significa un aumento del 240 por ciento desde el año 2000. Gran parte de las mercaderías enviadas al mercado chino desde Estados Unidos son productos “generadores de trabajo” como equipos de transportación y maquinaria pesada, así como artefactos electrónicos y ordenadores. Curiosamente, entre los Estados más beneficiados por el aumento de las ventas al gigante asiático se encuentran Nueva York y Carolina del Norte, respectivos feudos electorales de los beligerantes Schumer y Graham.

La administración Bush se ha mostrado receptiva a la presión ejercida desde el Congreso. La Casa Blanca está obligada a buscar apoyo en el parlamento para lograr la renovación del Fast Track. Además, Bush intenta lograr la ratificación de diversos tratados comerciales firmados con países como Corea de Sur, Colombia y Perú. Las recientes reclamaciones presentadas por Washington ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), alegando la falta de cumplimiento de los compromisos del gobierno chino en materia de propiedad intelectual, forman parte del espectáculo político ineludible para apaciguar ánimos en el seno del parlamento. Wu Yi ha contestado en tono desafiante que las acciones planteadas por la administración estadounidense ante la OMC amenazan con debilitar las relaciones comerciales sino-americanas. No obstante, la cúpula socialista planea realizar un nuevo desembarco en territorio estadounidense el próximo 23 de mayo. Se espera el anuncio de nuevas órdenes de compra por miles de millones de dólares a Corporate America. Al parecer, el mandarinato volverá a intentar apaciguar las aguas exaltando los intereses económicos del Tío Sam.