ElCapitalista007

martes, enero 15, 2008

Una sequía amenaza al ganado de EE.UU.

A Isaac "Nealy" Barrett le dolió el corazón cuando tuvo que vender en julio cerca de 200 cabezas de ganado a un matadero, reduciendo su rebaño a la mitad. Como muchos ganaderos que enfrentan la peor sequía en la historia del sudeste de Estados Unidos, Barrett ya no estaba en condiciones de cubrir los costos de alimentar a los animales.

La sequía está provocando enormes estragos en las áreas rurales de los estados de Alabama y Georgia, donde la industria pecuaria ya genera US$1.000 millones al año y continúa creciendo. El sudeste—definido por el Centro Nacional de Datos Climáticos de Estados Unidos como el territorio de los estados de Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Alabama y Florida— es responsable por un 25% de la producción de ganado en EE.UU., dicen los analistas. Pero con la escasez de lluvia para regar las praderas y el heno, es cada vez más difícil justificar el costo de alimentar a los animales. Las praderas de Alabama han producido un 80% menos de forraje este año, según autoridades del estado.

Impacto económico

Más de 18 millones de personas en el sudeste estadounidense viven en áreas de "sequía excepcional", la categoría más severa para los períodos de estiaje que ocurren en promedio sólo una vez cada 50 años, dicen los meteorólogos del Centro Nacional de Mitigación de la Sequía, de la universidad de Nebraska-Lincoln. La lluvia ha sido mínima hace varios meses en la región, pero el impacto económico de la sequía se ha sentido de manera paulatina, resultando en restricciones severas al uso de agua y elevando los costos de los servicios públicos en la región, donde el clima suele ser húmedo. Los autos se están lavando con menos frecuencia. Los habitantes y las empresas de la zona están instalando grifos e inodoros que ahorran agua.

Bajo un cielo despejado, los estanques de la finca de la familia de Barrett se transformaron el mes pasado en pequeños lodazales rodeados de grietas profundas en el suelo árido. Las vacas comen semillas de algodón y maíz porque los agricultores no han podido producir heno.

Bill Bryan, un ganadero de 45 años de Summerville, Georgia, dice que solía pagar unos US$25 por cada rollo de heno de buena calidad. Ahora, cuestan el doble. Bryan ha decidido poner su ganado en venta prematuramente en una subasta en línea, porque ya no está en condiciones de alimentarlo.

A medida que los lagos y riachuelos se secan, el agua potable para el ganado también escasea. Muchos criadores se ven obligados a comprar agua en la ciudad para dar de beber a sus animales. En Cedartown, Georgia, Bill Nutt, un ganadero de 73 años, construyó en el segundo semestre del año pasado una alambrada alrededor de los lagos de su propiedad, que están enlodados y prácticamente vacíos, para prevenir que su ganado beba el agua tóxica. Nutt han trasladado 65 reses a otra hacienda al sur de Georgia y paga una tarifa diaria para que se las cuiden. Es la primera vez que tuvo que hacerlo desde que empezó a trabajar en la ganadería hace 12 años.

En junio, Dorman Grace, dueño de la Finca Grace en Jasper, Alabama, vendió cerca de 200 cabezas de ganado, incluyendo vacas preñadas. Aunque recaudó unos US$200.000 con la venta, su ganancia ha sido de tan sólo 2%, frente a los 5% o 6% que solía captar en el pasado, porque gastó más en alimentación.

Al matadero

El Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA, por su sigla en inglés) anunció un incremento de 19% en el total de reses carneadas en el sudeste del país de enero a octubre de 2007 con relación al mismo lapso del año anterior. El comisario de Agricultura e Industrias de Alabama, Ron Sparks, dice que entre julio de 2006 y mayo de 2007, han sido enviadas a los mataderos 25.000 cabezas de ganado más que en el mismo período del año anterior. Sparks calcula que el rebaño del estado se ha reducido un 40% frente a 2006.

La Asociación de Criadores de Ganado de Georgia reportó un incremento de 30% en las ventas de vacas adultas en el último verano de EE.UU., a mediados del año pasado. Los ganaderos normalmente se quedan con las vacas adultas, que pueden producir terneros por hasta 15 años. Después de que los becerrillos recién nacidos se crían en el sudeste, normalmente se venden a grandes fincas de Texas y las Grandes Planicies.

"Si no llueve pronto, no tendremos cómo continuar criando ganado", dice John McKissick, director del Centro de Desarrollo Económico y Agronegocios de la Universidad de Georgia.

Pese a que se están enviando más reses a los mataderos, los precios de la carne ha subido un 5% en EE.UU. entre enero y diciembre del año pasado, para un promedio de US$8,38 por kilo, debido a un incremento en la demanda, según el USDA. En el largo plazo, los precios pueden subir aún más si el rebaño disponible se reduce como consecuencia del aumento en el número de cabezas sacrificadas por la sequía, dice Kevin Good, analista de Cattle-Fax, empresa que provee análisis de precios de ganado y carne en EE.UU.

Sin embargo, se espera que los precios de la carne de calidad más baja se reduzcan en los próximos meses, debido al aumento en el total de vacas adultas carneadas, dice Morgan Paisley, un analista des sector pecuario y de granos de Alaron Trading Corp.


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