ElCapitalista007

miércoles, octubre 10, 2007

Cómo combatir el calentamiento global con arroz

La agricultura contribuye más al total de las emisiones de gases con efecto invernadero que toda la red mundial de transporte, según un reciente informe de la Organización de Naciones Unidas. Para Eric Rey, eso suena como un buen plan de negocios.Hace unos días, Rey se puso un par de botas de hule y se metió en un arrozal, el lugar desde donde espera combatir el calentamiento global y, de paso, ganar una fortuna con su nueva compañía de biotecnología.

Rey, director general y presidente ejecutivo de la empresa californiana Arcadia Biosciences, ha llegado hasta este recóndito rincón del norte de China con el objetivo de venderles a los agricultores una semilla de arroz transgénica. Asegura que la semilla, que aún está en fase de desarrollo, reducirá la necesidad de que los agricultores utilicen fertilizante de nitrógeno, que no sólo es uno de sus mayores costos sino además un enorme emisor de gases con efecto invernadero. Posteriormente, Rey quiere vender los créditos de carbono resultantes en una creciente bolsa global.

"Hay una oportunidad para que los agricultores ganen más dinero, para que nosotros seamos más rentables y para que se beneficie el medio ambiente", dice Rey, de 51 años, con una sonrisa resplandeciente, mientras pasa su mano sobre los granos de arroz. "Hay tres ganadores".

Los empresarios de todo el mundo compiten por suplir un mercado de créditos de carbono que alcanza los US$30.000 millones al año. Este mercado le brinda a las empresas la oportunidad de cumplir con los requisitos de reducción de emisiones sin necesidad de recortar su producción de gases con efecto invernadero.

El mercado surgió después de la firma del protocolo de Kioto, en el cual los países industrializados, con la excepción de Estados Unidos, acordaron una disminución colectiva del 5% de sus emisiones de gases contaminantes para 2012.

En una transacción típica, una compañía industrial que tiene problemas para reducir sus emisiones puede comprar créditos a otra empresa que haya encontrado una forma eficiente de reducir su producción de CO2 más allá de lo requerido. Muchos de los primeros proyectos de créditos de dióxido de carbono se concentraron en recortar las emisiones en plantas y fábricas, incluyendo las emisiones de metano de los basureros. Pero emprendedores como Rey ven un gran potencial en la agricultura, el cuarto productor mundial de gases de efecto invernadero después de la energía, el sector forestal y las industrias.

El papel del arroz

La producción agrícola contribuye con cerca del 14% de las emisiones globales de gases con efecto invernadero, según el panel sobre cambio climático auspiciado por la ONU.

Al concentrarse en el arroz en China, Rey puede haber hallado una mina de oro. Buena parte de las emisiones generadas por la agricultura provienen del fertilizante de nitrógeno. China es el mayor usuario de este fertilizante y el mayor productor de arroz del mundo. Pero la lucha de Rey por transformar el arroz en créditos de CO2 enfrenta grandes desafíos. Su compañía necesita hacer pruebas en terreno en China para demostrar que sus semillas transgénicas pueden crecer allí. Asimismo, las leyes de propiedad intelectual en el país son laxas y los agricultores se aferran mucho a sus tradiciones, lo que hace que las compañías de biotecnología se pregunten cómo pueden generar dinero a partir de su vasto sector agrícola. La estadounidense Monsanto Co., pionera en el mercado chino, se ha retirado frustrada con la situación.

Otro reto para Rey es persuadir al gobierno chino para que le deje vender productos básicos genéticamente modificados. Aunque las semillas transgénicas son comunes en EE.UU., los países asiáticos y europeos son más cautelosos con su uso.

Hasta el momento, Rey dice que Arcadia ha invertido "decenas de millones de dólares" en la tecnología de nitrógeno, la cual desarrolla semillas genéticamente modificadas o plantas que pueden crecer con la mitad de fertilizante que requieren usualmente. La cantidad no ha excedido US$40 millones, dice, pero "la tasa de inversión es muy agresiva"

Otras empresas también tratan de desarrollar semillas parecidas. "Esencialmente, todas las compañías biotecnológicas tienen algún programa que involucre el uso de nitrógeno", asegura Fred Below, profesor de fisiología de cultivos de la Universidad de Illinois. Below asegura que los países en desarrollo serán los beneficiarios de esta tecnología debido a que les cuesta más pagar por el fertilizante.

Sin embargo, esta idea está a al menos cinco años de ser implementada, en parte debido a que la metodología de créditos de dióxido de carbono debe ser aceptada por la ONU. Rey recientemente unió fuerzas con investigadores de la Academia de Ningxia, una pequeña provincia montañosa cerca de Mongolia, en un arrozal experimental en el que cultivaron arroz convencional. Rey se sumergió en el arrozal para estudiar una serie de cajas amarillas de metal equipadas con tubos plásticos. Las cajas atrapan óxido nitroso emitido por el cultivo, mientras que diversas jeringas expulsan el aire a bolsas maleables de metal.

Estas mediciones mostrarán cuánto óxido nitroso emite el arroz convencional usando diferentes cantidades de fertilizante. Esa información será la base de la investigación que se enviará a la ONU para obtener la aprobación de la metodología

Hasta el momento, China ha permitido la comercialización de versiones genéticamente modificadas de algodón y algunos cultivos menores, incluyendo tomates y pimientos dulces. Comercializar semillas transgénicas para los grandes cultivos, como maíz, soya y arroz aún está prohibido. Algunas agencias del gobierno en China tienen reservas sobre la seguridad de tales cultivos, asegura Jikun Huang, director de la Academia China de Ciencias.


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