OPERACION MARBELLA: Revelan mas enlace Torrijos-Barderas
El Centro Energético de las Américas es un proyecto que fácilmente cuadruplicaría la ampliación del Canal en inversión, de concretarse. La mayoría de los panameños ni siquiera saben cómo ni de dónde salió algo tan grande. De hecho, su ubicación original ni siquiera era Panamá.Cómo llegó el plan aquí, es una historia que entrelaza una rivalidad política entre países, un genio petroquímico, buenas conexiones y olfato para ver las oportunidades.
Era en realidad Houston la ciudad que hasta 2003 estaba destinada a acoger el centro energético. Pero luego del llamado “golpe petrolero” en Venezuela, el gobierno de Hugo Chávez decidió cortar de raíz con el proyecto, como represalia a Estados Unidos.
Esta movida -de paso- dejó sin trabajo a Luis Marín, el petroquímico que entonces era jefe de Citgo, la subsidiaria de Petróleos de Venezuela (PDV-SA) en Estados Unidos. La caída del proyecto fue catastrófica para Marín, cerebro que diseñó el centro energético.
Dos años después, pero en República Dominicana, se produjo otro evento clave. El empresario español Jesús Barderas se reunía por primera vez en su balneario, el Cap Cana, con un distinguido huésped: el Presidente Martín Torrijos. El enlace entre ellos lo hizo Luis Blanco, el asesor de Torrijos que también fue ministro de Obras Públicas. Desde hace años, Blanco es el hombre de confianza de Torrijos en República Dominicana, donde ambos han estado desarrollando proyectos de construcción.
Otro nexo entre Torrijos y Barderas es Carlos Santiago Castillo, también asesor presidencial, y quien se confiesa gran amigo del magnate.
Barderas sabía lo que tenía entre manos y cómo podía hacerlo. Conoció poco tiempo antes a Luis Marín, el genio petroquímico venezolano cuyo sueño del centro energético en Houston había sido despedazado por las pugnas políticas.
Si bien ya no había el dinero, Marín seguía siendo el propietario intelectual de la idea. Tras ponerse de acuerdo, el sueño volvió a vivir. Marín se mudó a Panamá, y desde su oficina en el Edificio Generalli trabaja en la reubicación. Barderas se encarga de encontrar sólo a los inversionistas con las chequeras más gordas, entre ellas la de su socio en el proyecto, Abraham Hazouri.
Tras reuniones posteriores con el mandatario, ambos cerraron el trato en situar en la playa colonense de María Chiquita un extenso complejo, que haría de Panamá un pivote de la industria energética. Hoy día, las cosas se han complicado para Barderas. Quedó involucrado en el llamado “Escándalo de Marbella”, un caso de corrupción investigado por autoridades judiciales españolas en la “Operación Malaya”. Éste ha negado cualquier vinculación.
Asesor y amigo
Jesús Barderas ha recalcado que su verdadera amistad de alto nivel en Panamá es Carlos Santiago Castillo, y el mismo asesor lo confirmó. “A Jesús lo conozco desde hace mucho tiempo”, dijo Santiago. “Él estaba muy interesado y vio la oportunidad en Panamá”.
Sobre cómo se conocieron el presidente y el empresario, Santiago sostiene que, dado el hecho de que Torrijos era un huésped de alto nivel hospedado en un hotel de Barderas, era imposible no encontrarse.
“Todo el que llega a República Dominicana tiene que ir allá”, dijo el asesor, recalcando que no estuvo junto a ellos cuando tuvieron su primer encuentro. Independientemente del historial de Barderas, Santiago defendió el proyecto.
“El centro energético desarrollará enormemente a Colón. Esto generará entre 25 mil y 30 mil empleos”, sostuvo.
Era en realidad Houston la ciudad que hasta 2003 estaba destinada a acoger el centro energético. Pero luego del llamado “golpe petrolero” en Venezuela, el gobierno de Hugo Chávez decidió cortar de raíz con el proyecto, como represalia a Estados Unidos.
Esta movida -de paso- dejó sin trabajo a Luis Marín, el petroquímico que entonces era jefe de Citgo, la subsidiaria de Petróleos de Venezuela (PDV-SA) en Estados Unidos. La caída del proyecto fue catastrófica para Marín, cerebro que diseñó el centro energético.
Dos años después, pero en República Dominicana, se produjo otro evento clave. El empresario español Jesús Barderas se reunía por primera vez en su balneario, el Cap Cana, con un distinguido huésped: el Presidente Martín Torrijos. El enlace entre ellos lo hizo Luis Blanco, el asesor de Torrijos que también fue ministro de Obras Públicas. Desde hace años, Blanco es el hombre de confianza de Torrijos en República Dominicana, donde ambos han estado desarrollando proyectos de construcción.
Otro nexo entre Torrijos y Barderas es Carlos Santiago Castillo, también asesor presidencial, y quien se confiesa gran amigo del magnate.
Barderas sabía lo que tenía entre manos y cómo podía hacerlo. Conoció poco tiempo antes a Luis Marín, el genio petroquímico venezolano cuyo sueño del centro energético en Houston había sido despedazado por las pugnas políticas.
Si bien ya no había el dinero, Marín seguía siendo el propietario intelectual de la idea. Tras ponerse de acuerdo, el sueño volvió a vivir. Marín se mudó a Panamá, y desde su oficina en el Edificio Generalli trabaja en la reubicación. Barderas se encarga de encontrar sólo a los inversionistas con las chequeras más gordas, entre ellas la de su socio en el proyecto, Abraham Hazouri.
Tras reuniones posteriores con el mandatario, ambos cerraron el trato en situar en la playa colonense de María Chiquita un extenso complejo, que haría de Panamá un pivote de la industria energética. Hoy día, las cosas se han complicado para Barderas. Quedó involucrado en el llamado “Escándalo de Marbella”, un caso de corrupción investigado por autoridades judiciales españolas en la “Operación Malaya”. Éste ha negado cualquier vinculación.
Asesor y amigo
Jesús Barderas ha recalcado que su verdadera amistad de alto nivel en Panamá es Carlos Santiago Castillo, y el mismo asesor lo confirmó. “A Jesús lo conozco desde hace mucho tiempo”, dijo Santiago. “Él estaba muy interesado y vio la oportunidad en Panamá”.
Sobre cómo se conocieron el presidente y el empresario, Santiago sostiene que, dado el hecho de que Torrijos era un huésped de alto nivel hospedado en un hotel de Barderas, era imposible no encontrarse.
“Todo el que llega a República Dominicana tiene que ir allá”, dijo el asesor, recalcando que no estuvo junto a ellos cuando tuvieron su primer encuentro. Independientemente del historial de Barderas, Santiago defendió el proyecto.
“El centro energético desarrollará enormemente a Colón. Esto generará entre 25 mil y 30 mil empleos”, sostuvo.
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