ElCapitalista007

lunes, abril 28, 2008

El gigante brasileño Vale reconfigura el mapa



Cuando Companhia Vale do Rio Doce llegó hace año y medio a la pequeña ciudad minera canadiense de Sudbury, el alcalde, John Rodríguez, recuerda haberse preguntado: "¿Quiénes son estos brasileños?"

A medida que el gigante minero con sede en Rio de Janeiro se abre camino para situarse en la vanguardia mundial de los negocios, más gente fuera de Brasil está empezando a prestarle atención. En 2006, Vale absorbió al mayor empleador de Sudbury, el productor de níquel Inco, por US$17.800 millones. Actualmente, Vale es la segunda mayor minera del mundo y el mayor productor de mineral de hierro, un componente clave del acero. Pero sus intentos por ocupar el primer puesto sufrieron un traspié el mes pasado cuando se vio obligada a renunciar a la compra de su rival suiza Xstrata PLC, por la que ofrecía más de US$80.000 millones.

Gracias a los seis últimos años de auge en los precios de los commodities, Vale ha generado el mayor retorno para sus accionistas entre 2002 y 2006 entre un grupo de 5.000 compañías de todo el mundo, según una encuesta de Boston Consulting Group. Los inversionistas han tomado nota: Vale fue la tercera compañía extranjera más activa en la Bolsa de Nueva York en el primer trimestre de este año. Anoche, la empresa reportó una ganancia neta de $2.021 millones en el primer trimestre, una caída de 8,8% frente al mismo lapso de 2007.

El alza del precio del mineral de hierro se está convirtiendo en una preocupación estratégica para compañías y gobiernos de todo el mundo. La semana pasada, el mayor productor global de acero, ArcelorMittal SA, con sede en Luxemburgo, dijo que tiene intención de incrementar su "control" sobre la materia prima asegurando el suministro de hasta el 70% de sus necesidades para dentro de cinco años. China está enfrentada con los productores australianos de mineral de hierro por los precios.

En los últimos años, compañías de mercados emergentes como Vale han ido subiendo en la escalera de las grandes firmas mundiales. La insaciable demanda de commodities por parte de economías en auge como China ha permitido el crecimiento y el desarrollo de compañías como la acerera rusa Severstal y el frigorífico brasileño Perdigão SA. En cuatro de los últimos cinco años, los precios del mineral de hierro de Vale han registrado aumentos porcentuales de más de dos dígitos, y este año se espera que el alza de 65% contribuya en hasta US$12.000 millones en ingresos anuales.

Aprovechando su nueva bonanza financiera, estas compañías de mercados emergentes han empezado a salir de compras por el mundo. El año pasado, cerraron esta clase de acuerdos por un valor total de US$294.000 millones, frente a los US$40.000 millones de 2003, según la firma de investigación Dealogic. La acerera brasileña Gerdau SA compró a la estadounidense Chapparal Steel Co. por US$4.400 millones. La cementera mexicana Cemex SA se hizo con RMC Group PLC, una firma británica que aporta suministros de construcción, por US$5.500 millones. El mes pasado, la india Tata Motors Ltd. compró las marcas de lujo Jaguar y Land Rover a Ford Motor Co. por US$2.300 millones. Según Dealogic, la compra de Inco por parte de Vale es la mayor adquisición llevada a cabo por una compañía latinoamericana.

Incluso dentro de este grupo de empresas que crecen a un ritmo tan acelerado, Vale brilla con luz propia. El año pasado, la minera contrató a 9.281 empleados nuevos en Brasil, produjo suficiente mineral de hierro para llenar 50.000 piscinas olímpicas y generó US$39.700 millones en ingresos, casi diez veces más que en 2001.

Retornos de oro

Entre 2002 y 2006, el retorno anual promedio de Vale a sus accionistas (la apreciación de la acción más los dividendos) fue de 54,6%. Esta cifra es la más alta en un estudio de Boston Consulting Group entre compañías que cotizan en bolsa y que tienen una capitalización de mercado de más de US$50.000 millones. América Móvil SAB, el operador celular en manos del multimillonario mexicano Carlos Slim calificó como número dos, seguido de Apple Computer Inc. Muchos inversionistas ven la acción de Vale como una apuesta por el alza en los precios de los commodities. La compañía dice que aproximadamente 66% de sus 420.000 accionistas están en Estados Unidos.

Desde que en 2001 Roger Agnelli se hizo con la presidencia ejecutiva, Vale ha marcado varios golazos. Entre otras cosas, compró a sus rivales brasileños antes de la gran escalada de precio en el mineral de hierro. Cuando llegó el boom, en 2004, estaba bien posicionada para salir ganando.

"Sabiendo de antemano, cualquiera habría sido tan oportuno como Vale", dice Ricardo Antunes, ex director de marketing de Vale que ahora trabaja para LLX Logística SA, una compañía que construye puertos en Brasil.

Agnelli, de 48 años, nieto de inmigrantes italianos, es un ejecutivo testarudo conocido por su agresiva política de compras y su mirada penetrante. La compañía calcula que Agnelli pasa unas 800 horas al año en avión, viajando por el mundo controlando las operaciones y cerrando acuerdos. Scott Hand, ex presidente ejecutivo de la canadiense Inco, cuenta que después de la adquisición, le ofreció un consejo al ejecutivo brasileño: "Roger, párate a oler las rosas de vez en cuando".

Los ejecutivos de Vale dicen que Agnelli a veces es duro con sus empleados. Algunos hablan de un estilo autocrático y temperamento explosivo. Al menos dos decenas de ejecutivos se han ido de la compañía o han sido despedidos desde su llegada, según ex ejecutivos. En las encuestas internas de la compañía, la queja número uno de los empleados es que están bajo demasiada presión. Agnelli declaró una vez a la revista brasileña Exame que "es complicado convencer a una compañía que gana dinero que debe ganar aún más dinero". Agnelli declinó ser entrevistado para este artículo.

Vale, cuyo nombre completo significa Valle del Río Dulce, fue fundada en 1942 como una compañía estatal. Formó parte de un acuerdo en la Segunda Guerra Mundial en el que Brasil accedió a suministrar minerales a las fábricas de los aliados.

En 1997, en medio de una ola de privatizaciones en América Latina, Vale fue subastada por US$3.300 millones. El comprador era un consorcio que incluía al mayor productor de acero de Brasil, Companhia Siderúrgica Nacional (CSN), además de bancos y fondos de pensiones.

Al principio, el presidente ejecutivo de CSN, Benjamin Steinbruch, se hizo cargo también de Vale, un arreglo que según los analistas no ayudó a definir los planes a futuro de la minera. Banco Bradesco SA, el mayor banco privado de Brasil y uno de los principales accionistas de Vale, nombró a uno de sus propios ejecutivos, Agnelli, como presidente de la junta. Agnelli es uno de los artífices de un intercambio de acciones que eliminó a CSN del grupo de propietarios.

En el contexto actual, los costos de la minería son cada vez más altos. Vale calcula que el costo de abrir Southern Range, una nueva mina de mineral de hierro en Brasil que todavía no se ha inaugurado, ha subido hasta US$10.000 millones frente a los US$2.000 millones de hace algunos años.

"Uno tiene que ser grande", dijo Agnelli en febrero, hablando sobre los resultados financieros de la compañía de 2007. "Siendo pequeña y mediana no se consigue aumentar la producción al ritmo al que está creciendo la demanda".

Sin fronteras

Para diversificarse más allá del mineral de hierro, Vale quería crecer fuera de Brasil, país que apenas tiene carbón y muy poco níquel. Pero la compañía no podía recaudar el dinero tan económicamente como sus competidores globales. Vale dice que esto se debía en parte a que las agencias de calificación de riesgo la consideraban poco segura.

En 2005, Vale recibió el grado de inversión de parte de Fitch Ratings. Esto permitió a Vale recaudar capital al mismo ritmo que sus rivales en economías desarrolladas. Así fue cómo en 2006 se abalanzó sobre la canadiense Inco, interrumpiendo un acuerdo de adquisición rival con una oferta de efectivo.

Vale "llegó de la nada", recuerda Rodríguez, el alcalde de Sudbury. "No sabíamos nada de ellos".

Aún así, Vale ha enfrentado algunos escollos en su camino a la cima. El año pasado, no logró cumplir por primera vez su meta de producción de mineral de hierro, aunque la compañía asegura que fue sólo por 1%. Un accidente portuario complicó las exportaciones durante dos meses. Joaquim Martino, ex director de Carajas, una gran mina de Vale, cree que "las condiciones operativas nunca han sido tan precarias" como lo son ahora en la mina.

Otro obstáculo es que al haber sido una compañía estatal, Vale aún es vista por muchos como un activo estratégico de Brasil. El año pasado, políticos de izquierda lanzaron una campaña llamada "Vale es nuestra", solicitando que la minera volviera a manos del gobierno.

Vale es la segunda mayor compañía de Brasil, detrás de la petrolera Petroleo Brasileiro SA. Debido a su papel trascendental en la economía del país, algunos políticos no quieren que cierre ningún acuerdo que pueda mermar las inversiones de la compañía en Brasil. Actualmente, solamente las exportaciones de Vale representan 29% del superávit comercial de Brasil. Recientemente, Agnelli garantizó que, pasara lo que pasara, Vale "seguirá siendo brasileña".


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