ElCapitalista007

miércoles, septiembre 05, 2007

Kenneth D. Lewis,UNA LEYENDA EMERGENTE

Ante una audiencia de 500 gerentes en Nueva York este año, Kenneth D. Lewis, presidente ejecutivo de Bank of America Corp., enumeró los problemas del sector bancario. El mercado inmobiliario se debilitaba y el entorno de las tasas de interés era sombrío. Sin embargo, Lewis preveía un año decisivo para Bank of America, una oportunidad para herir a los rivales que no tenían su envergadura, diversidad ni efectivo."Este es el momento de atacar a la yugular, ser dañinos y ganar participación de mercado", dijo.

En pocos meses, Lewis acordó comprar LaSalle Bank, de Chicago, abrió negociaciones de acciones gratuitas en línea dentro de Estados Unidos e introdujo un programa de hipotecas sin cargos destinado a quitarle negocio a sus rivales.

Hace unos días, Lewis tomó una de sus decisiones más drásticas: invertir US$2.000 millones en la tambaleante Countrywide Financial Corp. La medida no sólo ayudó a estabilizar los mercados de crédito. Bank of America ganó una tajada en el mayor prestamista hipotecario de EE.UU. y un rápido rendimiento de US$445 millones luego que las acciones de Countrywide subieran con la noticia.

Con el acuerdo, Lewis al fin ha ingresado al reino que le había sido negado a él y a su banco, a pesar de su tamaño. El ejecutivo de 60 años ha emergido como uno de los pares indiscutibles de los líderes de las dinastías bancarias de Nueva York, Citigroup Inc. y J.P. Morgan Chase & Co.

En los seis años que Lewis lleva al mando de Bank of America, con sede en Carolina del Norte, la empresa se ha transformado de un banco provincial en una de las principales instituciones financieras de EE.UU.

"Teníamos que ser soñadores para creer que podíamos lograr lo que hemos alcanzado. Yo no estudié en una universidad de renombre, ni tengo sangre azul. Aun así, esta firma me permitió competir", dijo a comienzos de año.

Hijo de un soldado y una enfermera, Lewis estudió finanzas en la Universidad Estatal de Georgia y empezó su carrera como analista de créditos para North Carolina National Bank.

Cuando el pequeño banco vio la oportunidad de expandirse a Florida, el entonces jefe, Hugh McColl Jr., convocó a Lewis.

"Le pregunté cuándo podía venir", recuerda McColl. "Me dijo que cuando acabara de hablar con él. Se reportó en 24 horas, compró una casa y se lo comunicó a su esposa, en ese orden".

En 2001, cuando McColl se jubiló, Lewis asumió el mando de la empresa, rebautizada en 1998 como Bank of America. Lewis puso en marcha una reorganización implacable. Eliminó 10.000 empleos en los dos primeros años. Tercerizó tareas a India, cerró centros de llamadas, redujo el negocio de préstamos comerciales en mercados lejanos y se retiró del sector de préstamos de riesgo.

En 2003, varios accionistas acusaron al banco de ayudar a Enron Corp. a inflar sus ganancias y no realizar la debida diligencia con las ofertas de deuda de WorldCom Inc. Ese mismo año, el fiscal general de Nueva York iba acusar a la unidad de gestión de activos de Bank of America de un ardid para permitir operaciones a corto plazo o tras el cierre del mercado en acciones de fondos mutuos.

Lewis desmanteló y reconstruyó la división de gestión de activos y más adelante el banco acordó pagar US$675 millones para resolver las acusaciones de los fondos mutuos y un total de US$535,5 millones para conciliar las demandas relacionadas a WorldCom y Enron.

Estas crisis le dieron a Lewis la oportunidad para reestructurar el banco acorde a su visión: desarrollar un supermercado nacional de servicios financieros, algo a lo que otros grandes bancos locales habían aspirado sin éxito. Lewis quería que la red de sucursales llegara a todos los mayores mercados en crecimiento de EE.UU. Quería cajeros automáticos en todas partes y tecnología de punta.

En 2003, acordó comprar FleetBoston Financial Corp. por US$47.000 millones. Con la red de Fleet, bajo el nombre de Bank of America, invadió Manhattan, llevando la batalla al campo de J.P. Morgan Chase y Citigroup. Además, endureció los estándares de desempeño.

Con Lewis, los ingresos anuales de Bank of America han subido 135% a más de US$74.000 millones y sus activos se han duplicado a US$1,46 billones. Sus ganancias se triplicaron en 2006 a US$21.100 millones y sus 5.700 sucursales son dos terceras partes más que las de su rival más cercano, Wachovia Corp., y muchas más que las de Citigroup y Chase. El valor de mercado de Bank of America se ha triplicado, por detrás sólo de Citigroup, el mayor banco de EE.UU. en esos términos. "No me deleito con la crisis del mercado porque no somos inmunes", dijo Lewis la semana pasada. "Pero sí vindica la idea de que la escala y el tamaño importan".


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